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miércoles, 11 de mayo de 2016

Entrevista a Francisco Rodríguez, presidente de ILAS-Reny Picot




Francisco Rodríguez, presidente de ILAS-Reny Picot, asegura en una entrevista para El Comercio que «llevar el precio de intervención a unos 60 céntimos por litro daría viabilidad a todos los ganaderos europeos» y, en caso contrario, «habría que cerrar las fronteras». Industrias Lácteas Asturianas nació como Reny Picot S. L. en un antiguo salón de baile reconvertido a quesería en Anleo en 1960, cuando llegar a Navia era un empeño viajero digno de calificarse, casi, de aventura. Hoy, en la pequeña parroquia de apenas 550 habitantes se ubica una empresa que llega a dar empleo a 700 personas en algunos momentos del año y que es la cabecera de un grupo con unos 2.000 empleados, fábricas en seis países y una facturación prevista para 2016 cercana a los 700 millones de euros, y que sigue liderado por su fundador, Francisco Rodríguez (1937, Trescastro, Cangas del Narcea). Todo ello, basado en una misma materia prima, la leche.

EC: El pasado uno de abril se cumplió un año desde la eliminación de la cuota láctea. ¿Ha sido beneficiosa para el sector esta aparente desregulación?

FR: Lo de la cuota láctea es una triste historia que afecta a toda la Cornisa Cantábrica y a media España. Cuando nosotros ingresamos en la unión europea nos impusieron una cuota, que representó, hasta hoy, aproximadamente el 65% de lo que los españoles consumimos de leche y productos lácteos, es decir, que nos dieron un derecho a producir por debajo de nuestras necesidades, mientras países como Dinamarca, Holanda o Irlanda tienen producciones de hasta diez veces sus necesidades.

"Pregunto yo:
¿Está en condiciones España
de prescindir de la fuente
de proteínas que supone
la producción de leche y carne?
Yo creo que no.
¿Está en condiciones España
de permitir que se quede
despoblado el campo?
Yo creo que no.
¿Tenemos dinero para pagar
todo lo que tendríamos que
comprar fuera
si dejamos de producirlo?
Yo creo que no"
EC: La UE trataba de proteger a sus productores del Norte.

FR: Eso ha sido una discriminación absoluta y una injusticia, algo que ahora pagamos de la siguiente forma: Cuando desaparecen las cuotas, los países a los que me he referido están produciendo un excedente de leche muy importante, que si antes tenía acomodo en el resto del mundo, ahora no lo tiene porque también han aumentado los productores, como Estados Unidos, Argentina, Brasil, Nueva Zelanda, Australia, y sus producciones. Y ese acomodo que tenía el sobrante de leche comunitario en el resto del mundo, hoy no lo tiene, y por tanto hay unos excedentes importantísimos como nunca he conocido, pese a que tengo más de cincuenta años de experiencia en esta industria.

EC: ¿Es eso lo que rebaja los precios?

FR: Hay unos excedentes que están pesando sobre Europa, los propios, que no tienen acomodo. Y pesan, sobre todo, sobre los ganaderos europeos. En particular, sobre los españoles, que están produciendo en déficit, lo que es la consecuencia de que hace treinta años nos dieran una cuota inferior a nuestras necesidades. Esto lleva a los ganaderos españoles a una situación dificilísima, de precios insuficientes, y de perspectivas de futuro muy poco claras. Y nosotros, como industriales, estamos a expensas de lo que pueda pasar por todo esto.

EC: ¿Qué se puede hacer desde España?

FR: Esto es un asunto comunitario, injusto. Probablemente algunos países pensaban que España tenía que pagar con la ganadería, la producción de leche y la de remolacha azucarera parte de las ventajas que obtenía al ingresar en el Mercado Común, por aquello de que teníamos también tomates, frutas y verduras, no lo sé. Si esa fue la razón, alguien tendrá que explicar por qué se hizo pagar a los ganaderos españoles la factura de la agricultura española. Hay que tener en cuenta que el señor que produce aceite en Andalucía no es el mismo que produce carne y leche en Asturias o en Galicia. Esto es lo que ha pasado, y tiene carácter histórico.

EC: ¿Y qué han hecho nuestros políticos mientras tanto?

FR: Pues poca cosa. Unos y otros, porque en España se han sucedido varios gobiernos de distinto signo y la cuestión no ha variado en los más de treinta años que llevamos de experiencia comunitaria.

EC: ¿No han sabido o no han querido?

FR: Bueno, yo no entro en eso. Digo simplemente que en más de tres décadas esa situación no ha variado. Y ahora no tendremos cuotas, pero tenemos un excedente brutal de leche de fuera de España, y cuanto más produzcamos, peor lo ponemos.

EC: Y, con todo, en España seguimos produciendo por debajo de nuestras necesidades.

FR: Claro, pero está la frontera abierta. Si matan a todas las vacas de España, aquí no falta un litro de leche ni de queso, porque la frontera está abierta.
El Gobierno regional asegura que toda la leche que se produce en las ganaderías asturianas se recoge y que los ganaderos perciben precios por encima de la media nacional. ¿Suscribe usted esa garantía?
Seguramente la consejera tiene razón, porque el peso de la Central Lechera Asturiana en el Principado es muy importante. Y como es una empresa de los ganaderos, el beneficio incorporado a la acción industrial permite que el litro de leche esté mejor remunerado. Pero es una característica propia de CLAS que, naturalmente, le viene muy bien a Asturias. Nosotros somos muy conscientes de que lo peor que le puede pasar a un ganadero es quedarse sin poder vender la leche y tener que tirarla, así que hacemos un papel que es el único que podemos hacer para evitar que se tire la leche.

"Si matan a todas
las vacas de España,
aquí no falta
un litro de leche
ni de queso,
porque la frontera
está abierta"
EC: ¿En qué consiste?

FR: En recogerla y fabricar con ella leche en polvo y mantequilla para la intervención, que es uno de los instrumentos que la Política Agraria Común tiene. La UE compra esos productos que van a intervención a unos precios determinados, que no permiten pagar al ganadero más que X, y esa X, a mi modo de ver, es absolutamente insuficiente, porque corresponde al precio de intervención de hace quince años.

EC: ¿Cómo se actualiza el precio de intervención?

FR: El señor comisario de Agricultura de la UE se niega absolutamente a considerar ese asunto. Por lo tanto, es un problema político.

EC: ¿Por dónde pasa el futuro de esta industria?

FR: El mercado de derivados lácteos no está diversificado, sino diversificadísimo. No hay ninguna materia prima que se ramifique tanto como la leche. Mire usted, hay dos soluciones, y no se está adoptando ninguna de ellas. La primera, que los precios de intervención se actualicen y que la leche que sobre se pueda pagar al ganadero a un precio que le permita vivir.

EC: ¿Qué precio sería ese? ¿40 céntimos de euro el litro? ¿50 céntimos?

FR: Aproximadamente el doble de lo que se está pagando. Cerca de 60 céntimos. Si no el doble, cerca del doble. Eso sería una solución para todos los ganaderos europeos, porque ahora los excedentes se les están pagando a precios de ruina. No solo a los asturianos o a los gallegos, a todos ellos.

EC: ¿Y la segunda solución?

FR: Es otra que tampoco es viable, por las circunstancias. Que España se sacara de la manga una especie de cláusula de salvaguardia y dijera que aquí no entra un litro de leche, ni en forma líquida ni transformada, mientras esta situación de excedentes no se resuelva, y eso ya es una solución política española. Si la UE no sube el precio de intervención de la leche, España debería cerrar fronteras a la leche foránea.

EC: Si hiciésemos eso, las sanciones de la UE serían tremendas.

FR: Es que no hay más soluciones que esa, o asistir al espectáculo de quedarnos cada día con menos ganaderos. No caben milagros. O la UE sube los precios de intervención al nivel que corresponden o España aplica una cláusula de salvaguardia que hoy no existe y que habría que crear. O eso, o nos desaparecen los ganaderos. La decisión es política pura.

EC: Y los ganaderos son cada día menos. Suponen menos votos...

FR: Pregunto yo: ¿Está en condiciones España de prescindir de la fuente de proteínas que supone la producción de leche y carne? Yo creo que no. ¿Está en condiciones España de permitir que se quede despoblado el campo? Yo creo que no. ¿Tenemos dinero para pagar todo lo que tendríamos que comprar fuera si dejamos de producirlo? Yo creo que no. Cuando uno ve que nuestros políticos se preocupan por otros asuntos de corto plazo, que si las elecciones o las no elecciones, hay que pensar que los problemas de España no son esos. Son estos otros, que requieren soluciones que no se están dando?

EC: Se percibe que esto le resulta doloroso en el plano personal.

"Es muy difícil
entrar en
un mercado
en el que,
para empezar,
hay un problema
de comunicación"
FR: Estoy muy preocupado. Esta industria, como todas, depende de la materia prima, y si esa fuente de materia prima está en peligro, sería una irresponsabilidad manifiesta decir que esto no va con nosotros.

EC: Como empresario, podría comprar fuera de España.

FR: No. Si tuviéramos que comprar leche extranjera, el coste del transporte la haría prohibitiva, porque cuando transportamos un litro de leche, transportamos un 90% de agua. Esta industria no podría fabricar con leche importada.

EC: ¿Qué papel juega la industria en esta situación de bajos precios?

FR: La industria se encuentra entre la distribución, cuyos ojos contemplan únicamente al cliente final, y el ganadero, que produce la materia prima. Nosotros estamos justo en el medio de esas dos fuerzas.

EC: ¿Tal vez la interprofesional tendría que intervenir?

FR: ¡La interprofesional no puede hacer nada! Allí, ganaderos e industria acuerdan lo que pueden acordar sin salirse de la ley que rige la competencia y el libre mercado. Poco se puede acordar.

EC: En 2015, los ganaderos asturianos recibieron de la Política Agraria Común 27,5 millones. ¿Suficiente?

FR: Pretender limitar la producción y querer resolver eso a base de ayudas es una forma artificial de resolver problemas. Luego, cuando desaparecen las ayudas, no queda nada, que es el caso.

EC: Se ve leche en los supermercados incluso por debajo de 40 céntimos el litro. ¿Hay que explicarle al consumidor que los ganaderos tienen unos costes?

FR: El libre comercio gasta a veces ese tipo de bromas. Los comerciantes también compiten entre sí, y hay una serie de productos de primera necesidad que utilizan como productos reclamo. Ese juego es el que se produce con más intensidad ahora, porque las grandes superficies son mayores. Las industrias no pueden hacer nada.

EC: Bueno, siempre se puede acordar entre las industrias no vender por debajo del coste de producción.

FR: No se puede hacer, la ley prohibe que los fabricantes nos pongamos de acuerdo en los precios. Y como eso es así, no nos ponemos de acuerdo en los precios. El consumidor no piensa en que un litro de leche no debe costar por debajo de un litro de agua.

EC: En 2015, la Comisión Nacional del Mercado de Valores multó con 88,2 millones de euros a un grupo de empresas lácteas por intercambiar información sobre precios de compra de leche...

FR: En primer lugar, quiero aclarar que ILAS nunca tuvo ningún expediente. Pero también, que lo que ocurre es que eso responde a que hay una legislación que impide ponerse de acuerdo. Y por ‘ponerse de acuerdo’ entienden a veces los agentes encargados de velar por el cumplimiento de las leyes el simple darse los buenos días. No ha habido jamás acuerdos, en los últimos años, que yo recuerde, entre las industrias para hacer ningún tipo de componendas. Afirmo que no hay tal acuerdo entre las industrias.

EC: ¿Hasta qué punto puede haber colaboración entre ILAS y CLAS?

FR: Colaboración ha habido siempre. Afortunadamente, nos llevamos muy bien, porque son ya muchos años de batirnos el cobre en el espacio asturiano y siempre con sentido constructivo y de ayuda mutua, en las mil cosas en que nos podemos ayudar sin que por eso caigamos en ninguna tentación de manipular el mercado.

EC: Usted ha propuesto que ILAS y CLAS defiendan una posición común en la interprofesional láctea. ¿Con qué líneas básicas?

FR: Pelear porque haya un precio de intervención que le permita al ganadero ganarse la vida. Contar con una legislación que delimite mejor los terrenos de la industria y de la distribución. Ese tipo de cosas son las que nosotros, con CLAS y con otras industrias, defenderemos siempre juntos.

EC: ¿En qué situación están las empresas lácteas españolas frente a las europeas?

FR: Como consecuencia de esos treinta años que hemos pasado con una cuota láctea inferior a nuestras necesidades, se ha producido el efecto de que nuestras industrias son más pequeñas que las europeas que han dispuesto de materia prima en abundancia, lo que nos habría permitido exportar más. Si hubiésemos tenido materia prima sin restricción, esta empresa habría sido mucho mayor de lo que es. Y eso conlleva dificultades a la hora de competir. Tenemos empresas más pequeñas que las del resto de países comunitarios precisamente porque no se nos ha dejado desarrollar la producción de materia prima de la forma en que necesitábamos.

EC: ¿Por dónde crecerá ILAS?

FR: ILAS será lo que sea la ganadería de la Cornisa Cantábrica. Fuera de España haremos lo que podamos.

EC: ¿El mercado chino?

FR: Es muy difícil entrar en un mercado en el que, para empezar, hay un problema de comunicación.

EC: Los hogares españoles han pasado de consumir 3,8 millones de toneladas de leche al año en 2004 a unos 3,4 ahora. ¿A qué se debe esa bajada de algo más de un 10%?

FR: Puede ser que sea así, pero no sólo en España, sino en toda Europa. Hay tantas alternativas, bebidas nuevas y sustitutivas que podría darse ese descenso, lo que no quiere decir que haya bajado el consumo de productos lácteos.

1 comentario:

  1. el mercado el mercado está saturado de mala calidad es lo que va a definir el futuro de los productos lácteos en cierto modo Reny Picot está preparado para ello en calidad lo que se necesita es apoyo comercial

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