- El paisajista propone rediseñar el jardín como espacio poético, habitable y emocional durante la Navidad y Fin de Año.
- Hoteles, restaurantes y espacios corporativos pueden ampliar su experiencia de cliente y metros útiles gracias al paisajismo invernal.
- Para viviendas particulares, el jardín se convierte en un refugio para celebrar, compartir y crear recuerdos familiares imborrables.
ROIPRESS / ESPAÑA / PAISAJISMO - Fernando Pozuelo Unique Landscapes, premiado estudio español, referente internacional en paisajismo, propone este año una Navidad diferente: celebrarla al aire libre, rodeados de vegetación, luces cálidas y aromas naturales. “Los jardines no son solo para el buen tiempo. El otoño e invierno pueden ser estaciones en conexión con una naturaleza más íntima y la Navidad, su momento más simbólico”, afirma el paisajista Fernando Pozuelo. En un tiempo marcado por el deseo de vivir experiencias memorables, acogedoras y auténticas, redescubrir la naturaleza como un escenario de celebración navideña no solo es posible, sino cada vez más deseado por familias, hoteles y empresas que apuestan por el bienestar y la belleza.
En las casas: escenarios para recordar
En un tiempo marcado por el deseo de vivir experiencias memorables, acogedoras y auténticas, redescubrir el entorno natural como escenario de celebración navideña no solo es posible, sino cada vez más deseado por familias, hoteles y empresas que apuestan por el bienestar y la belleza.
Las viviendas tienen una oportunidad única de convertir su espacio exterior en un rincón mágico de encuentro y memoria. No se trata de una decoración ostentosa, sino de un diseño emocional y se puede utilizar elementos y mobiliario que contribuya a crear calidez y alargar las horas de disfrute sin ostentación: Árboles iluminados, un belén, ramas, velas, caminos de arena blanca, frutos secos, mantas y estufas… A pesar del frio, el exterior se transforma en el lugar perfecto para recibir a familiares y amigos, organizar meriendas navideñas, juegos al aire libre para los más pequeños, cenas bajo la luna para dar la bienvenida al año nuevo, o para recibir a los Reyes Magos.
Una atmósfera invernal cuidada convierte cualquier velada en una experiencia inolvidable. Una de las propuestas más singulares de Pozuelo es crear un rincón de cierre simbólico de año en el entorno natural. Un monumento con elementos del huerto (calabazas, romero, nueces), un cuenco de agua para lanzar deseos, un banco de reflexión o una piedra para escribir lo que se quiere dejar atrás. Despedir el año en un jardín con alma es una forma hermosa de sembrar el siguiente. El espacio exterior se convierte así en escenario de transformación: no solo decoramos, renovamos.
Hoteles y restaurantes: más metros, más experiencia
Para hoteles y restaurantes, el paisajismo invernal ofrece una doble ventaja: ampliar el espacio útil y enriquecer la experiencia del cliente. Con materiales nobles, pérgolas bioclimáticas, textiles térmicos e iluminación artística, cualquier terraza o patio puede convertirse en un salón navideño al aire libre, ideal para cenas de empresa, cócteles o eventos culturales.
Para la hostelería, el paisajismo invernal ofrece una doble ventaja: ampliar el espacio útil y enriquecer la experiencia del cliente. “Un exterior bien diseñado en invierno permite añadir metros cuadrados habitables al negocio sin necesidad de obras. Se convierte en terraza, salón, antesala o galería emocional”, explica Pozuelo.
El uso de materiales nobles resistentes a la intemperie (maderas, mármol, basalto), pérgolas bioclimáticas, textiles térmicos y elementos de iluminación artística puede transformar un jardín, tarraza, azotea o patio en un salón navideño al aire libre, donde celebrar cenas de empresa, cócteles, brunch de Año Nuevo o incluso propuestas culturales como conciertos o exposiciones.
Además, un entorno natural bien ambientado multiplica las oportunidades de contenido visual: fotografías, redes sociales, imagen de marca. No es solo espacio: es identidad.
Paisajismo corporativo: sembrar espíritu de equipo
Cada vez más sedes corporativas incluyen en sus proyectos paisajismo emocional. En Navidad, este diseño puede cobrar un valor añadido. “Un jardín corporativo decorado con intención ayuda a generar un clima de entusiasmo, pertenencia y gratitud hacia el equipo”, afirma Pozuelo. El espacio exterior puede convertirse en un lugar de bienvenida para clientes, un rincón simbólico de cierre de año o un escenario para eventos internos con alma. Desde un árbol navideño vegetal, hasta un recorrido de deseos, piedras con mensajes o iluminación artística en caminos: el paisaje puede ser un verdadero reflejo de los valores de una organización.
El estudio lleva años proponiendo jardines con vocación de trascendencia, diseñados para vivirse todo el año. Y la Navidad es, sin duda, una de las estaciones más ricas en significado, tanto para los trabajadores como para los clientes que sentirán que su empresa es un lugar especial. Y es que, como dice Fernando Pozuelo, “no se trata de llenar de luces el jardín. Se trata de encender la emoción de quienes lo habitan”.
Claves para decorar con alma: menos plástico, más emoción
El paisajista insiste: “La decoración navideña debe estar al servicio de la experiencia, no del exceso”. Por eso, sus propuestas apuestan por elementos naturales, simbólicos y poéticos:
• Decoración navideña natural, sin excesos (belén vegetal, caminos blancos, frutas, ramas, velas)
• Reservar un espacio para celebrar con intención (altar de gratitud, mesa simbólica, rincón de deseos)
• Recursos visuales y aromáticos propios de la temporada (romero, canela, cítricos, madera)
• Integrar el gusto (infusiones, dulces, castañas, vino caliente) como parte del diseño emocional
• Aporta calidez visual con mantas, cojines, coronas de ramas y frutos secos
• Y por supuesto, eleva la temperatura en las zonas de más permanencia con estufas, velas, chimeneas de exterior, pérgolas…
• Rememora estas fechas con Belenes vegetales con figuras talladas en madera o piedra
• No olvides los árboles de Navidad con elementos sostenibles y capaces de durar toda la temporada a la intemperie, con seguridad (que una ráfaga de viento o una lluvia fuerte no suponga un riesgo), por ejemplo: lana, naranjas secas, piñas
• Cualquier reunión debe tener una mesa en torno a la cual se celebra al aire libre con infusiones, dulces y licores artesanales
• Y en la fiesta de la Luz, con las noches más largas, decora con la iluminación (caminos de luz con velas, estrellas colgantes, antorchas y fiaccoli, liras de luz solar, puntos de meditación). La Navidad en el espacio exterior no se mide en vatios. Se mide en emociones.












