Estados Unidos.- McDonald’s se encuentra en un momento económico muy complicado, al punto de que el primer trimestre del año dejó un rendimiento peor de lo esperado. Los beneficios bajaron a 820 millones de dólares, de los mil 200 reflejados en el mismo periodo del año pasado, y los ingresos descendieron un 11 por ciento, llegando a cinco mil 960 millones de dólares.
El mayor problema es que las ventas en sus sucursales cayeron un 2.3 por ciento a escala mundial y un 2.6 por ciento en Estados Unidos. La razón es que sus nuevas campañas y menús no logran hacerle frente a la competencia.
La cadena tiene problemas en Japón y China, y las ventas en Europa, la región que funcionaba como flotador, están estancadas con una ligera tendencia negativa en Francia y Rusia.
Ante este panorama, Steve Easterbrook, el nuevo consejero que asumió el cargo en marzo, realizará un anuncio el próximo 4 de mayo sobre un plan para mejorar el rendimiento de la empresa, e intentar acelerar las ventas.
Por ahora, el nuevo consejero delegado está basando su estrategia en nuevas opciones en el menú, eliminar los pollos tratados con antibióticos (en EE. UU.) y aumentar el salario mínimo de los empleados. Claro que estas medidas podrían no ser muy populares entre los dueños de las franquicias.
McDonald’s también ha informado su decisión de cerrar cerca de 220 restaurantes en Estados Unidos y China, así como 130 en Japón, y otros 350 a nivel mundial. Todas estas franquicias cerrarían por bajo rendimiento. Tan solo en EE. UU., la empresa tiene cerca de tres mil franquicias operando.
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