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viernes, 5 de diciembre de 2014
La nanotecnología se acerca a la PYME dentro del marco del programa NanoPymes
Argentina y España.- En los últimos años, los avances en nanotecnología, la manipulación de la materia a escala atómica, molecular y supramolecular, ganaron escala e iniciaron un nuevo capítulo en la investigación y desarrollo científico. En el marco del programa NanoPymes, organizado por la Dirección Nacional de Relaciones Internacionales del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, y financiado por la Argentina y la Unión Europea, realizado en Buenos Aires, varias pymes y centros de investigación nacidos en el Viejo Continente compartieron sus experiencias en implementación de tecnologías innovadoras y participaron de las rondas de negocios con empresarios locales.
En la jornada, las firmas analizaron los desafíos de la innovación para las pymes, el desarrollo industrial y la colaboración público-privada para el crecimiento y la integración de los mercados. Pablo Corengia, director en Materiales para Energía y Medioambiente en Tecnalia; Miryam Asunción, tech trasnfer manager de CIC nanoGune; y Per Elsted Hansen, CEO & Cofundador de Silmeco, conversaron con Pyme y analizaron el presente y futuro de la industria.
Levantar vuelo
Cornagio es argentino, vive en España y trabaja en Tecnalia, centro tecnológico privado dedicado a la investigación y desarrollo aplicado, que es el resultado de de la fusión de ocho centros tecnológicos que había previamente en la provincia de Guipúzcoa, en el País Vasco, una de las regiones españolas con mayor impulso al desarrollo emprendedor.
El 53,2% de las firmas de esa región brindan servicios; el 22,7% pertenece a comercio; el 15,6%, a la construcción; y el 8,4%, a la industria, según la Subdirección General de Apoyo a la Pyme en España.
"El País Vasco es una región pequeña pero, desde hace mucho, en forma sostenida, hay bastante inversión en innovación y la densidad de centros tecnológicos es relevante. El centro nació como una asociación de fundidores de la provincia de Guipúzcoa. Son empresas que se juntaron, compraron algunos equipos para hacer ensayos y empezó a crecer como un spin off desde la industria", comenta Corengia y completa: "El objetivo fue ser más fuertes, más competitivos y dar una respuesta más integral, en materiales, electrónica y robótica. Ha habido buena sinergia aunque el proceso de adaptación continúa", comenta.
Tecnalia realiza proyectos privados de la industria, servicios tecnológicos, ensayos, investigaciones y, desde su área Ventures, identifica oportunidades para ayudar a que los activos tecnológicos lleguen al mercado a través de una empresa de base tecnológica o a través de una nueva línea de producción. "En Energía y Medioambiente, trabajamos con tecnologías para soluciones, desde recubrimientos para aplicaciones ópticas, membranas para separación de gases y temas asociados con la corrosión, estudiando el envejecimiento de los materiales. Nos financiamos así: el 50% es a través de proyectos privados. El 35% es de aplicación pública competitiva, como proyectos europeos y el resto, es financiación del gobierno vasco", comenta Corengia.
La nanotecnología optimiza los modos de producción y genera implementaciones en rubros como cosmética, biocombustible, envases, desarrollo de superficies inteligentes, fomentando la capacidad productiva y emprendedora de las pymes.
"A la nanotecnología no se le puede pedir que dé soluciones a todo. En los temas de corrosión es una realidad: mediante recubrimientos con nanocargas, por caso, se puede dar una protección a algunos elementos que van al mar", afirma Corengia.
Asunción, desde CIC NanoGune, un centro de investigación cooperativa nacido en 2002, que inició sus investigaciones en el campo de la nanotecnología en 2006 y emplea a unas 100 personas, concuerda en que hay un gran camino por recorrer. "Al ser una tecnología transversal, la nanotecnología puede ser absorbida por todos los sectores pero la realidad es que, cuando ponés un en marcha una actividad tecnológica basada en el conocimiento no sirve solo la pata del desarrollo sino que necesitás, también, generar una cultura de absorción de conocimiento. Existe un gap entre lo que la generación del conocimiento y las firmas", señala. Para resolverlo, sostiene que se requieren recursos que faciliten la transferencia de comunicación, capaces de entender lo que se ofrece y lo que se necesita. "Siguen faltando personas que ayuden a hacer esta transferencia de la tecnología a las empresas".
El danés Elsted Hansen pone las fichas en la industria farmacéutica y de seguridad alimentaria. Con tres socios, y tras una inversión de u$s 20.000 (propio), fundó Silmeco, dedicada al desarrollo de sensores tecnológicos. A poco más de un año de su creación, la firma vende a 20 países, entre otros, China, Israel, Estados Unidos, Australia y Corea.
"Vendemos a unos 200 clientes, que quieren desarrollar nuevos productos de cara al futuro, orientados al consumidor medio para la investigación, intentando simplificar los procesos y dispositivos. También, trabajamos con aplicaciones militares en algunos países", afirma y concluye: "La nanotecnología crece en todo el mundo. Es un negocio con mucho potencial de valor agregado".
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