ESPAÑA.- Hace algunos días se dio a conocer la filtración de 11 millones de documentos de la firma de abogados panameña Monssack Fonseca, que contenían información y pruebas de la existencia de cuentas y empresas offshore en paraísos fiscales de diversos personajes a nivel mundial, entre ellos, futbolistas de la talla de Lionel Messi, Ivan Zamorano, Sander Westerveld, Leonardo Ulloa y Gabriel Heinze, y directivos como Michele Platini, Gianni Infantino, Eugenio Figueredo y Juan Pedro Damiani.
Estos documentos fueron entregados al Consorcio Internacional de Periodistas, quienes habrían investigado quiénes son las personas que están detrás de éstas empresas.
Para entender este asunto, es preciso saber que un paraíso fiscal es un territorio o país que, debido a su legislación, ofrece a individuos y empresas extranjeras mínimas obligaciones fiscales y una muy benévola carga tributaria. Además, la información financiera de las personas y empresas tiene carácter de confidencial.
Por su parte, una empresa offshore es aquella que se constituye en un paraíso fiscal, por individuos o empresas que no tienen su residencia o actividades en el país en el que se constituye, para beneficiarse o sacar ventaja de los regímenes de estos países y evitar en la manera de lo posible el pago de impuestos.
Personas físicas y morales de todo el mundo utilizan este tipo de empresas como estrategia fiscal, lo cual es completamente legal.
De igual forma, a fin de evitar la evasión fiscal por medio de este tipo de empresas, los gobiernos de países han signado un gran número de tratados internacionales.
Por tanto, hasta que no se compruebe que el dinero de estas cuentas y empresas es de procedencia ilícita, que se ha incumplido con alguna obligación o incurrido en un fraude fiscal, o bien que fueron constituidas con el fin de lavar dinero, no podemos asumir que sus dueños o accionistas han cometido algún delito.
No nos vayamos con la finta de las notas amarillistas. No todo es ilegal en los Panama Papers.
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