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lunes, 28 de marzo de 2016

Los robots invierten mejor que los humanos



TEXAS (EE.UU.).- Goldman Sachs adquirió una pequeña empresa de tecnología financiera en Texas llamada Honest Dollar, la cual establece planes de pensión para pequeñas empresas y trabajadores autónomos. Los constructores y conductores de taxi no son exactamente el grupo habitual de clientes de Goldman, así es que esto representa una señal de la revolución en la gestión de activos.

Honest Dollar es una empresa perteneciente a una nueva generación de "robo-asesores" —a pesar de que no le gusta ser etiquetada como tal— que ofrecen una versión barata y automática de algo que solía llevar mucho tiempo y costar mucho dinero. En lugar de que un costoso asesor escoja las acciones y los bonos en los que los ahorradores deban invertir, una computadora hace un trabajo más sofisticado con sólo tocar un botón.

El secreto detrás de la asignación de activos ha sido revelado. Una computadora con acceso a una selección estándar de fondos indexados y de fondos negociados en la bolsa (ETF, por sus siglas en inglés) puede rápidamente concebir una estrategia de inversión a largo plazo adecuada para la mayoría de las personas.

Uno selecciona el umbral de riesgo en una escala del uno al diez, pone sus ingresos y su horizonte de inversión. El robot sugiere una mezcla de acciones estadounidenses y de mercados emergentes, algunos fondos de bonos corporativos y gubernamentales, y una porción de dinero en efectivo. Et voilà!

Las empresas "startup" de robo-asesoramiento —como Betterment y Wealthfront en EEUU, y Nutmeg en Reino Unido— están creciendo rápidamente. Ellas les ofrecen a los inversionistas facilidad y simplicidad a un muy bajo precio, frecuentemente a un cuarto de los honorarios que cobraría un asesor de inversiones de Morgan Stanley o de Bank of America Merrill Lynch.

Pero no hay que sacar conclusiones apresuradas, declara la gente en la industria de gestión de patrimonio, incluyendo James Gorman, director ejecutivo de Morgan Stanley. Los robots aplican el sentido común en una manera fácil de usar, pero esto no es lo mismo que dar consejos sofisticados. "Alguien que pueda lidiar con una serie de decisiones complejas ... eso no va a desaparecer", declaró Gorman durante una conferencia del New York Times en noviembre.

No, no va a desaparecerle a quienes pueden pagarlo. Si uno tiene US$5 millones para invertir; una empresa familiar para vender en algún punto; una herencia que considerar; un ex cónyuge que mantener; y un temor persistente de que sus logros terrenales algún día se convertirán en polvo, es probable que necesite un asesor financiero. Si uno tiene US$50 millones y casas en tres continentes, es posible que desee un banquero privado suizo.

En esos casos, pagarle a alguien en quien se confía una comisión de 1% para que le aconseje acerca de cómo crear fideicomisos familiares; de cómo asegurarse plenamente; de cómo evitar pagar impuestos excesivos; y de cómo poner su dinero a trabajar mientras que reduce el riesgo al mínimo, vale la pena. El asesor puede incluso ganarse la comisión por persuadirle de no actuar estúpidamente cuando esté en un estado de pánico.

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