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miércoles, 3 de febrero de 2016

Con la empresa Gogoa Mobility Robots, España se suma a los países que fabrican sofisticados equipos para discapacitados



ESPAÑA .- España acaba de entrar en el exclusivo cuarteto de países fabricantes de exoesqueletos (una especie de pantalones mecánicos para que vuelvan a andar quienes van en silla de ruedas) gracias a la empresa española Gogoa Mobility Robots. La pionera es la japonesa Ciyberdyne, que alquila 1.000 exoesqueletos a centros de rehabilitación, y vale 2.000 millones de dólares en Bolsa (1.839 millones de euros). Otras dos empresas estadounidenses y una israelí hacen estos sofisticados equipos con los que han vuelto a andar unas 400 personas.

El exoesqueleto es el producto más revolucionario del mercado mundial de las personas discapacitadas (visuales, auditivos, cognitivos y físicos), formado por casi 1.000 millones de personas que mueven unos 5,8 billones de euros, según el informe La accesibilidad en el mundo creciente de la telefonía móvil, realizado por Chris Lewis para Telefónica. No hay datos desagregados de mercado. La Unión Europea estima que los dispositivos de apoyo para la discapacidad mueven 30.000 millones de euros al año. En España, los hogares gastan 3.000 millones de euros en discapacidad.

El gran problema del mercado es que la fragmentación (tanta como tipos de discapacidades) dificulta la rentabilidad de los productos. “La tecnología ayuda a superar este problema porque abarata las soluciones. El mercado español de las TIC accesibles ya mueve 2.000 millones, son las empresas de mayor futuro en el mercado de la discapacidad”, cuenta Juan Luis Quincoces, director general del Centro Nacional de Tecnologías de Accesibilidad. España suma otro problema. “La investigación se hace en las universidades y los centros de investigación, y falta la financiación y las personas capaces de adaptar los avances al mercado para comercializarlos”, explica David Zanoletty, jefe de Tecnología Accesible e I+D de Fundación ONCE. El acercamiento de emprendedores para comercializar la investigación de los laboratorios españoles logra productos punteros en el mundo.

Un ejemplo. El desarrollo del exoesqueleto español Hank ha costado un millón de euros, invertidos en 10 años de trabajo del Instituto Cajal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Hospital de Parapléjicos de Toledo y la adaptación comercial de Gogoa Mobility Robots. Hank sale al mercado el próximo mes de mayo desde 60.000 euros, y recibirá 1,5 millones de euros de financiación europea para ir al mercado global.

“Hank es el único exoesqueleto en responder a las señales cerebrales de quienes tienen lesión medular completa por debajo de la [vértebra torácica] T8. El resto son robots que funcionan con mandos, o modelos para quienes tienen fractura parcial de la columna o dificultades motoras”, explica Carlos Fernández Isoird, consejero delegado de Gogoa Mobility Robots. En España hay 500.000 usuarios potenciales, y 12.000 nuevos usuarios al año. El siguiente modelo de Hank será una especie de traje para convertir a los bomberos en superhombres con una fuerza suficiente para levantar 125 kilos en cada brazo, y otro tanto en la espalda.


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