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miércoles, 2 de septiembre de 2015
Una empresa israelí lanza en Australia una máquina que cocina cápsulas de comida en 30 segundos
El aparato soñado para quienes detestan cocinar existe. Funciona con cápsulas y en tan sólo 30 segundos prepara platos personalizados al gusto y las necesidades de cada persona: sin gluten para los celíacos, sin azúcar para los diabéticos, bajas calorías para los que tienen sobrepeso.
La máquina, que fue desarrollada por una empresa de base tecnológica israelí, a simple vista parece una tostadora, pero trabaja como una cafetera exprés. Bautizada Genie, cuesta unos 560 dólares y hace unos días fue lanzado a los mercados israelí y australiano para ser comercializado principalmente en bares y empresas, según explicó Doron Marco, uno de sus creadores.
La tecnología funciona a partir de una cápsula del tamaño de una taza que se introduce en el dispositivo y que contiene los ingredientes del menú deshidratados por frío (deshidrocongelación) para que se mantengan frescos durante años sin ningún tipo de conservantes ni productos químicos.
La técnica de conservación -mediante extracción previa del agua que contienen los alimentos y que luego se añade durante la cocción- garantiza el mantenimiento de las propiedades naturales de los productos así como su forma y aroma, apuntó Marco a la agencia EFE. Ese método se utiliza también en otros sectores, entre ellos la industria farmacéutica.
Las proporciones de deshidratación de cada uno de los alimentos incorporados en la cápsula y las cantidades exactas de ingredientes se calculan a partir de un complejo algoritmo.La máquina reconoce instantáneamente el menú, una vez introducido la cápsula y añade las cantidades de líquido necesarios para que el plato quede en su punto justo.
El precio de las cápsulas es similar al que costaría prepararlo a partir de alimentos en estado convencional, afirmó Marco.
Según él, uno de los objetivos de esta tecnología es que se generalice su uso entre la población como una nueva forma de alimentación, mucho más saludable y "respetuosa con el reparto de comida en el mundo y el medio ambiente". En ese sentido, consideró inconcebible que “mientras mucha gente derrocha comida en ciertas regiones dejando que se pudra en la heladera, millones de personas en el tercer mundo sigan pasando hambre”.
Genie permite conservar el menú en la alacena y comerlo cuando uno quiera sin riesgo de caducidad, lo que evita tirar a la basura mucha comida en mal estado.
Su uso, agregó Marco, resulta ideal en entornos no sólo domésticos sino en hospitales en donde cada enfermo requiere menúes diferentes, colegios y proyectos de cooperación y ayuda a países pobres o afectados por crisis como guerras o desastres naturales.
El emprendedor va más allá: está convencido de que este tipo de alimentación "revolucionará la industria" y desde el punto de vista medioambiental evita gran parte del traslado diario de camiones con comida fresca a los supermercados, lo que contribuirá a reducir emisiones contaminantes a la atmósfera.
En breve la máquina llegará a Europa y Estados Unidos, donde los desarrolladores ya mantienen negociaciones con potenciales socios. Sólo resta concluir los trámites exigidos por las autoridades.
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