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domingo, 6 de septiembre de 2015

El 30% de las 500 empresas más grandes del mundo las dirigen ejecutivos indios




Un poco más de 30% de las 500 mayores empresas del mundo son dirigidas por ejecutivos indios. El más reciente en llegar a este club es el CEO de Google. ¿Qué los hace atractivos para las grandes corporaciones?

Los ejecutivos de origen indio están de moda y las razones son dos: el dominio profesional del inglés y su capacidad para entender los mercados emergentes. Dominan muy bien el idioma porque, aunque estudiaron sus carreras en universidades de India, los programas se desarrollaron completamente en inglés; segundo, su capacidad para entender a los mercados emergentes, se explica porque provienen de ellos. Mastercard, Pepsi, Microsoft y Diageo son algunas de las firmas que han caído bajo el encanto indio.

Un estudio de Harvard Business Review establece que, hasta mediados de 2013, 30% de las empresas listadas en el Fortune Global 500 era dirigido por ejecutivos nacidos en India, lo que pone a este país en el mismo nivel que Suiza o el Reino Unido como proveedor de talento de alto nivel. Este porcentaje ha venido subiendo, pues recientemente se han conocido dos nombramientos claves: el de Satya Nadella, quien asumió como CEO de Microsoft en 2014, y el de Sundar Pichai, quien desde agosto es la cabeza de Google.

A su rol como presidentes de empresas se suma el de fundadores de nuevas compañías, en especial en el sector de la tecnología, en donde se calcula que 15% de los start-ups (emprendimientos) de Silicon Valley son producto de la creatividad india. Es más, en dicho sector es donde más se notan estos asiáticos, pues allí están imponiendo lo que hoy se conoce como la ingeniocracia; es decir, el poder de los ingenieros, que supera al de aquellos ejecutivos que ‘solo’ cuentan con MBA.

Ser ingenieros, que en su mayoría han estudiado en las mejores universidades indias y luego realizaron sus posgrados y su carrera profesional en Estados Unidos y Europa, les ha ayudado a los CEO indios a forjar un sentido de camaradería con sus subalternos, que en el mundo de la tecnología son mayoritariamente ingenieros. Sanjay Jha, Chief Financial Officer de Motorola, es famoso por arremangarse y trabajar junto a sus compañeros de desarrollo y software.

Otra característica de los CEO indios es que antes de llegar a la cima han sido jefes de productos exitosos dentro de sus respectivas compañías. Pichai, por ejemplo, antes de llegar a ser CEO de Google fue quien desarrolló y lanzó el navegador Chrome, a pesar de las objeciones del entonces presidente ejecutivo Eric Schmidt. Después lanzó Chromebooks y los teléfonos Android de bajo costo, entre otros productos.

Orgullo nacional

El hecho de que un país que frecuentemente es asociado con la miseria hoy sea cuna de grandes presidentes de empresas se ha convertido en un motivo de orgullo nacional y con frecuencia la prensa india destaca los logros de sus connacionales. Para analistas como Rupa Subramanya, de la revista Foreing Policy esto, más que un logro de la India, es un logro de las firmas estadounidenses y europeas, que han formado a estos ejecutivos y le han dado paso a la meritocracia.

Para el caso estadounidense, esto sería un ejemplo de que el sueño americano sigue siendo posible y para los indios es un punto adicional en la rivalidad eterna que tienen con China, pues el gigante asiático no cuenta con CEO’s de talla internacional. Los chinos están en desventaja pues no tienen el mismo dominio del inglés y son menos proclives a adaptarse a la cultura occidental.

Subramanya señala una razón para explicar que haya más CEO globales indios que chinos: la fortaleza de las empresas chinas, pues estas pagan mejor a sus ejecutivos que las indias. Los salarios de los altos cargos en las firmas chinas son un poco inferiores a los estadounidenses y están al mismo nivel de Japón (US$131.000 al año en 2014) frente a un promedio de US$35.000 en India, según un sondeo de Aon Hewitt.

Otra ventaja de las empresas chinas es que por su rápido crecimiento les dan a sus empleados más oportunidades para crecer. En promedio en China un profesional brillante puede pasar de ser practicante a CEO en 15 años, mientras que en el resto del mundo toma 25 años. Esto debido a que tienen escasez de profesionales altamente calificados y aquellos que cumplen con esas condiciones prefieren quedarse en casa.

“Esto debería hacer pensar a los indios, que en lugar de alegrarse por tener una creciente presencia entre los CEO globales, deberían analizar cómo producir un ambiente de negocios que haga que los individuos con alto potencial como Pichai o Nadella prefieran quedarse y crecer profesionalmente en su país”, sostiene Subramanya, quien sin embargo señala que es innegable que estos CEO son un muy buen modelo para los inmigrantes de todos los países emergentes que ven en ellos la posibilidad de ascender y triunfar en el mundo desarrollado.

Así las cosas, a los referentes tradicionales de la India (curry, yoga o Bollywood), hay que agregarle otro producto de exportación: sus CEO.

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