Desde proyectos para la recogida de basura espacial, a suministro de materiales con destino a los últimos modelos de aviones Airbus, pasando por autoclaves para aeronaves, nanosatélites para la observación de la tierra desde el espacio o software para gestionar el tráfico aéreo mundial. Diez empresas asturianas de tecnología punta forman el núcleo principal del Principado que trabaja para el sector aeroespacial, que en España se agrupa en torno a la Asociación de Tecnologías de Defensa, Aeronáutica y Espacio (Tedae), presidida por el asturiano Adolfo Menéndez. La mayor parte de estas empresas llevan años trabajando en el sector, pero la patronal se queja de falta de visibilidad. Otras compañías, como Karten Space, con sede en Gijón, son de reciente creación y sus promotores no dudan al asegurar que «desde Asturias se pueden hacer cosas muy importantes en este terreno».
Las empresas de tecnología aeronáutica y del espacio españolas están situadas dentro de los cinco primeros puestos del ranking europeo y crecen de forma sostenida. Pasado el paréntesis de la crisis, para 2016 el Gobierno prevé recuperar el nivel de inversión que España tenía en la Agencia Europea del Espacio (ESA) antes de la recesión, con una partida en los próximos presupuestos generales del estado de 162 millones de euros. Será completada con un crédito de 7,29 millones para el Programa Nacional de Observación de la Tierra (PNOT) y de 25 millones para el lanzamiento del satélite Ingenio. Todo ello servirá para dar un importante apoyo a un sector que cuenta con empresas tecnológicas muy importantes en el país, como CASA, ahora integrada en Airbus Group; la vasca ITP, de construcción de motores; Indra, de informática para la gestión del espacio aéreo, o la gijonesa Olmar, de construcción de autoclaves (cámaras presurizadas).
El sector facturó el pasado año 9.400 millones de euros, lo que supuso el 0,9% del Producto Interior Bruto (PIB) del país y un 5,5% del PIB industrial. De esa facturación, 4.800 millones provinieron del mercado de defensa y 4.600 millones del mercado civil. Se trata de un sector claramente exportador, porque el 82% de su facturación proviene de otros países. Las cerca de ochenta empresas que forman parte de Tedae cuentan con 49.994 empleados y el 40% de este empleo son ingenieros y otros licenciados. En un mundo de cambios rápidos, estas empresas están especialmente afectadas por el vértigo de la obsolescencia de sus productos y necesitan invertir más que nadie en investigación. Por eso, el 10% de su facturación se reinvierte en I+D+I. En la industria aeronáutica la facturación de 2014 fue dos veces el tamaño de la del año 2006 y Tedae calcula que por cada euro invertido en defensa se producen 2,5 euros en actividad económica. En lo que se refiere a la industria espacial, la facturación es dos veces superior a la que hubo en 2005.
En Asturias, estas empresas combinan la experiencia de años en el tajo tecnológico, como la de Duro Felguera Núcleo u Olmar, con la actividad de compañías recién llegadas, que aportan planes de futuro muy interesantes, como Karten Space. En todos los casos, el centro tecnológico especializado en materiales (ITMA) y el centro tecnológico especializado en tecnologías avanzadas de fabricación (PRODINTEC) cumplen un papel relevante en el sector.
Olmar, la empresa familiar gijonesa del polígono de Somonte, creada en 1945 por Olegario García Hevia, constituye el buque insignia de la actividad asturiana en este sector. Las soluciones de ingeniería, eficiencia y software de Olmar son aplicadas directamente por Airbus. «Tras conocerse la noticia de que la multinacional, líder mundial de fabricación de aviones y equipos aeroespaciales, va a utilizar los últimos avances de Olmar, hemos dado un importante paso», señaló la compañía.
Olmar construye autoclaves para aviones de grandes proporciones. El último contrato con una compañía europea supondrá la ejecución de equipos de 38 metros de longitud, «un desafío técnico que pocas empresas en el mundo pueden afrontar». También Olmar trabaja para el sector espacial ya que está construyendo un nuevo autoclave para el curado de materiales compuestos, parte fundamental en la fabricación de satélites 'high-tech'. La compañía española Ibérica del Espacio Tecnología Aeroespacial realizó el encargo para el curado de materiales de su nueva planta de Torrejon de Ardoz, destinada al desarrollo y la fabricación de satélites. Como el resto de las compañías de este campo, Olmar está ahora muy pendientes del mega contrato firmado hace unos días por Airbus con la 'low cost' india IndiGo para la construcción de 250 aviones A320, por importe de 24.000 millones de euros.
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