jueves, 2 de julio de 2015
La empresa española Air-Rops crea el primer "airbag automático" para tractores y quads
Unos 80 agricultores fallecen cada año en España como consecuencia del vuelco del tractor que conducían. En este 2015, este tipo de accidentes, la primera causa de muerte en el sector, ya ha acabado con la vida de 18 personas en nuestro país. Air-Rops nace al norte de España en Navarra como el primer 'airbag' automático del mundo para vehículos agrícolas.
Los sistemas de protección actuales resultan «insuficientes e ineficaces», afirma Javier Pérez de Larraya, de Air-Rops. La mayoría de las muertes se produce en equipos de trabajo que no llevan estructura de protección o, si la tienen, no se encuentra desplegada. Y es que estos arcos «entorpecen el desempeño de las tareas agrícolas», ya que «su ergonomía y enclavamientos son inadecuados».
La empresa española soluciona este problema con una estructura de protección completamente automática, que sólo se despliega en el momento de un vuelco irreversible. «En el mercado no existen estructuras de protección automáticas», indica. «Aplicamos el concepto del airbag de automoción al mundo agrícola», apunta Pérez. Air-Rops es independiente de la voluntad del operario. «Así el agricultor no tiene que preocuparse de abatir o desabatir la estructura en sus tareas diarias», comenta.
La tecnología y el sistema están patentados a nivel mundial. Una de sus claves diferenciadoras es su estructura, formada por tubos de acero telescópicos, que se despliegan en dos dimensiones. «Su principio de funcionamiento es único en el mundo, ya que se expande en altura y anchura, limitando el ángulo de vuelco del equipo», dice.
Un generador de gas, procedente del sector del automóvil, se encarga de crear la presión necesaria para desplegar la estructura en «un tiempo inferior a los 0,2 segundos». «Es el sistema más rápido jamás desarrollado, similar al de un airbag de automoción», puntualiza.
Pero para cumplir con su objetivo, el sistema necesita un 'cerebro'. Éste es el papel de la unidad electrónica de control (ECU), que determina cuándo debe desplegarse la estructura, accionando el generador de gas. Gracias a una serie de sensores redundantes, tanto acelerómetros como giróscopos, la tecnología es capaz de determinar el ángulo de inclinación del equipo. Además, a través de un sistema activo de alerta, puede advertir al operario en el momento en que sobrepasa los límites establecidos como seguros.
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