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martes, 16 de diciembre de 2014

Chile quiere cambiar los personajes infantiles de los alimentos por grandes advertencias del peligro de su consumo


Chile.- El tigre de Zucaritas, el oso de Ideal y el perro Chocapic son sólo algunos de los personajes de alimentos infantiles que, según el nuevo reglamento de etiquetado de alimentos, podrían desaparecer de sus envases en junio del próximo año. En su lugar, un signo negro advertirá sobre la cantidad de calorías, sal, azúcar y grasa del producto. Un cambio que la industria califica de excesivo, pero que las autoridades defienden como una oportunidad para que las empresas innoven.

La receta es simple y conocida. Se puede hacer con diferentes frutas y las preferidas son aquéllas de estación, como la de frutilla o damasco. Se trata de hervir la fruta en una olla y agregar cuidadosamente azúcar hasta que la mezcla se convierte en algo conocido por todos: la mermelada. Un alimento sencillo que se utiliza como un complemento para acompañar el pan o algunos postres, pero que en junio próximo cambiará su cara. “Excesivo en azúcar”, en letras blancas y fondo negro será, la advertencia que pesará sobre mermeladas, cereales, galletas, dulces y bebidas.

“El problema no es que la mermelada tenga azúcar. No es nocivo consumirla, sino hacerlo en exceso. Se está subestimando que los usuarios no entienden una premisa tan básica”, explica Mario Davis, presidente de la Asociación Nacional de Avisadores (ANDA), todo para graficar la inquietud que genera en la industria la aplicación de la nueva Ley de Etiquetado Nutricional de Alimentos, que acaba de pasar su última etapa de revisión.

La nueva regulación prohíbe promocionar productos altos en sal, calorías, grasa y azúcar en menores de 14 de años, todo con el fin de reducir los índices de obesidad infantil en Chile, que alcanzan al 30% de la población en menores de 6 años. Para las autoridades de la salud, la intervención es necesaria, sobre todo, ante el escenario que reveló la última Encuesta Alimentaria del Minsal. De acuerdo a la medición, el 43,9% de los niños hasta 13 años consumen azúcar por medio de golosinas y el 95% de los patrones de alimentación del país requieren cambios para caber dentro de una dieta saludable.

Pero tanto para los publicistas como para las empresas, pese a que creen que el espíritu de la ley va en el sentido correcto, su implementación práctica abre una serie de interrogantes: ¿qué pasará con la promoción de productos con celebraciones dirigidas a niños como la Pascua o Navidad? ¿Se penará la utilización de imágenes de marca que históricamente han llamado la atención de niños? ¿Qué sucederá en un supermercado al convertir pasillos completos en cientos de advertencias que bombardearán al consumidor? Y la más importante: ¿disminuirá esta medida la obesidad infantil?

Letra muerta

Fueron casi cinco años de tramitación en el Congreso hasta que la Ley 20.606 (sobre etiquetado y publicidad de los alimentos), finalmente se aprobó en junio de 2012. Pero no fue sino hasta el 17 de diciembre del año pasado que se publicó en el Diario Oficial el reglamento Sanitario de Alimentos, que indicaba cómo debía implementarse la normativa, basada en tres puntos clave para limitar el consumo de nutrientes bautizados como críticos: etiquetar los alimentos señalando su exceso de calorías, sal, azúcar o grasas; prohibir la entrega y venta de éstos en escuelas y colegios y limitar la publicidad de los mismos en menores de 14 años.

Una vez conocida su aplicación, la industria de alimentos puso el grito en el cielo, considerando que era imposible implementar dichas restricciones. Las expectativas fueron que la llegada de un nuevo gobierno permitiera discutir en profundidad la propuesta. Y así fue. La ministra de Salud nombrada por la nueva administración, Helia Molina, derogó el reglamento –que entraría en vigencia en julio de este año– con la idea de discutir una nueva normativa.

Pero, pese a las expectativas, los cambios aplicados no jugaron del todo a favor de las empresas.

Son varios los puntos que generan descontento, especialmente la implementación práctica de las advertencias para limitar el consumo de estos productos. “La autoridad sanitaria propone que el etiquetado sea un octágono negro, similar al disco pare, con letras blancas y que emplee el mensaje ‘Exceso de…’ para advertir que el producto tiene una cantidad elevada de un determinado nutriente”, explica la Asociación gremial de alimentos y bebidas de Chile (AB Chile).

El presidente del gremio, Rodrigo Álvarez, detalla que el reglamento presenta varias inconsistencias, entre ellas las relacionadas con el etiquetado. “Si bien un trozo de torta no tendrá disco pare, sí lo tendrá un cereal con fibra, con un 50% menos de sodio y azúcares”. Para AB Chile, la forma de llevar a las góndolas la ley sólo inhibirá la innovación y el desarrollo de nuevos productos, “pues por más esfuerzos que hagan las empresas, sus alimentos siempre serán rotulados con un disco pare negro”.

La molestia también se generó entre los avisadores. Mario Davis de la ANDA, considera que se está siendo poco objetivo con las indicaciones, pues el término “excesivo” es irrisorio para productos que se componen principalmente de azúcares, por ejemplo el manjar o una golosina. Su contrapropuesta es que las etiquetas consignen la palabra “Alto” en reemplazo de “Excesivo”.

“Sentimos que se está subestimando la capacidad de juicio del usuario. Además, creemos que finalmente se generará una invisibilidad de la advertencia, serán tantas y en tantos productos que la gente se habituará a verlas en los supermercados y no tendrán el efecto deseado”, asegura Davis.

Añade que, según criterios publicitarios, una pieza es efectiva cuando logra repetirse en un usuario unas seis veces en promedio, lo que logra una alta recordación. En el caso del etiquetado nutricional, “el consumidor lo observará por lo bajo, 100 mil veces”. Con todo, AB Chile agrega que de acuerdo a los estándares del Minsal, el 90% de los productos quedarán etiquetados con “exceso de” y que éste será “el reglamento más estricto a nivel internacional”.

¿Adiós M&M?

De acuerdo a datos de AB Chile, el mejor ejemplo de la inquietud que genera el reglamento en la industria, es que durante la consulta pública realizada por el Ministerio de Salud –que terminó la última semana de noviembre– se recibieron cerca de 350 consultas, las que contemplaron más de 1.000 sugerencias. Y un 60% de éstas proponen cambios al reglamento. “Asimismo, distintos gobiernos manifestaron preocupaciones en las mismas líneas y las reiteraron ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y su comité de Obstáculos Técnicos al Comercio”, explica su presidente, Rodrigo Álvarez. De acuerdo al Minsal, el 10% de las consultas provino de órganos internacionales.

Pero la inquietud también hace eco en el ámbito de la propiedad intelectual. Las dudas dicen relación con que transnacionales podrían reclamar ante organismos internacionales al verse afectadas por la nueva ley, amparándose en tratados de comercio.

Asimismo, existe incertidumbre respecto a las prohibiciones que establece la regulación en torno a no utilizar ningún gancho promocional en niños menores de 14 años. De esa forma, helados, dulces, galletas e incluso cereales ya no podrán dirigirse a su público objetivo, ni tampoco generar empaques que llamen su atención. Esto podría implicar que tanto el tigre de Zucaritas, el perro de Chocapic y hasta los monitos de M&M podrían infringir el reglamento.

La abogada experta en propiedad intelectual, Loreto Bresky –socia del estudio Alessandri– explica que las inquietudes que las empresas les han hecho llegar dicen relación con cuál será la vara para medir el límite publicitario. “¿Se van a considerar conjuntos de colores llamativos para niños o qué tipo de productos promocionales se consideran como un gancho? Además, lo que más les preocupa es que las imágenes de marca, que son imágenes infantiles, como el osito de Bimbo o el de Ambrosoli, sean consideradas un gancho para menores”, señala la abogada.

Bresky agrega que otro punto relevante es cómo se fiscalizará a la industria en la celebración de fiestas típicas, donde se direcciona gran parte de la produccion a los más chicos. La Pascua de Resurrección y su tradicional conejito, así como Halloween podrían transformarse en blancos de cuestionamientos.

Felipe Lira, presidente de Chile Crece Sano, agrega que se están estableciendo criterios publicitarios más estrictos que los ya aplicados en la Unión Europea. Entre ellos, que la publicidad debe restringirse a menores de 14 años, y no de 12 años como es la media internacional. Asimismo, se prohíbe promocionar estos productos cuando las audiencias infantiles alcancen el 35% del público, en condiciones que a nivel internacional ese límite está fijado en el 20%.

“Es súper relevante tener claro que la obesidad infantil es un tema multifactorial, no es sólo responsabilidad de la industria de alimentos. Si no se adoptan medidas integrales, no se va a avanzar en el tema. En Europa se redujo en 80% la publicidad a menores de 12 años y se probó en estudios posteriores que ello no se tradujo en una disminución de la obesidad”, asegura.

En ese sentido, la contrapropuesta de AB Chile es la implementación de un Plan de Reducción de Nutrientes que se adopte como un mecanismo permanente de trabajo entre la autoridad y la industria de alimentos. “La propuesta consiste en el compromiso de la industria de disminuir paulatinamente la cantidad de sodio, azúcar, grasas saturadas y energía en 14 categorías de alimentos como cecinas, hamburguesas, cárnicos empanizados, cereales, galletas dulces, helados, sopas, cremas y snacks, entre otros. La idea es que aquellos productos que se adhieran al Plan de Reducción de Nutrientes no sean rotulados, siempre y cuando cumplan con las metas de disminución fijada”, explica Álvarez.

La propuesta del Minsal

En redacción y en sus ajustes finales. Así describen desde el Ministerio de Salud la etapa en la que se encuentra el reglamento que dará vida a esta nueva ley. Según el doctor Tito Pizarro, director de la División de Políticas Saludables y de Promoción del Minsal, hay que centrar la discusión y no asustarse por la implementación del reglamento. Lo primero que se debe aclarar es que las definiciones se tomaron a partir de a la realización de 16 focus group, donde entre otros aspectos, se evaluó que la etiqueta que presentaba mayor efectividad comunicacional era la de fondo negro y letras blancas, pues permitía que los usuarios separaran ese mensaje del resto de la publicidad del envase. “Se evaluó utilizar el término ‘Alto en’, pero generaba muchas veces una asociación positiva en los usuarios, ya que también se usa en productos altos en fibra, por ejemplo. Por eso se optó por la palabra “Excesivo”, que sí generaba una precaución”, explica Pizarro, dando luces de que los cambios en esa materia están ciertamente descartados.

De todos modos, hay aspectos que sí se flexibilizarán en el reglamento definitivo. De acuerdo a la última presentación del Ministerio de Salud, se contempla excluir del reglamento los productos como miel, aceites vegetales, azúcar y sal a granel; permitir la coexistencia de la advertencia con otra de información nutricional; excluir las imágenes históricas de las marcas de las restricciones a la publicidad y flexibilizar la entrada en vigencia de la medida según el tamaño de la empresa, entre otros aspectos.

Con todo, asegura Pizarro, esperan que el reglamento se traduzca –durante sus cuatro años de implementación– en una oportunidad para que las empresas disminuyan sus índices de sal, calorías, azúcares y grasas, reduciendo así la cantidad de productos que deberán ser etiquetados con las advertencias. “Por qué no pensar en mermeladas con más stevia, en que las empresas vean el reglamento como un incentivo positivo el reducir sus índices de nutrientes nocivos. No queremos que en estos cuatro años se plague de productos con advertencias, sino que, de hecho, veamos productos más sanos. Es una oportunidad para innovar”, asegura la autoridad.

Se espera que el reglamento se envíe a la Contraloría antes de fin de año y que tras ello la presidenta de la República lo firme, con la meta de ver los primeros productos con los nuevos rotulados en el mercado a mediados de 2015.

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