Pero Irujo no quiere mirar atrás sino hacia el futuro y sólo vuelve la vista para extraer los aspectos positivos de esa época: "Como empresa hemos aprendido de los errores. Parte del problema fue por falta de comunicación y transparencia así que entre los aprendizajes que hemos obtenido está el ser más honestos con la gestión, tener rectitud y ser más transparentes con la información. Antes y durante el concurso se causó mucho daño tanto a los trabajadores como a los acreedores pero eso nos ha servido para darnos cuenta de la fuerza que puede tener un grupo humano cuando tiene un objetivo común y quiere algo. Tiene mucha más de la que nos podemos imaginar".
En esta misma línea, Irujo tiene claro cuáles son las fortalezas de Bildu Lan: "La experiencia que hemos adquirido desde que se creó la empresa en 1973; el trabajo por equipos de proyecto que conlleva una colaboración muy directa y estrecha con el cliente, lo que garantiza su satisfacción; y nuestro nuevo sistema de calidad que ha permitido incorporar la excelencia en los procedimientos de gestión".
Pero tampoco se olvida de los valores que han servido para sacar adelante la empresa y que relaciona con los de una cooperativa de economía social como el trabajo en equipo, la generosidad con los compañeros y la empresa a la hora de desarrollar el trabajo, la disponibilidad, la participación, la transparencia y, "especialmente, el equipo y remar todos en la misma dirección", asegura convencido y orgulloso del esfuerzo que los 34 socios y empleados de Bildu Lan han realizado durante los últimos meses.
La empresa, situada en el polígono de Torres de Elorz, afronta ahora una nueva etapa en la que busca consolidar este proyecto empresarial de futuro con "ilusión, optimismo y trabajo", prestando especial atención al cliente y a las personas que, en palabras del director gerente, "son la fuerza de Bildu Lan".
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