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viernes, 19 de agosto de 2016

Los restos mortales del empresario japonés Hitoshi Hanaoka reciben una emotiva despedida en Chile


  • “Logramos sacarlo del agua, pero estaba helado y ya era tarde y no se pudo hacer nada, no se pudo hacer nada. No sé que va a pasar, ahora”, se lamentaba con profundo dolor uno de sus trabajadores.






CHILE.- "Nada va a volver a ser igual... le diste trabajo a todo el que lo necesitara sin importar si era magallánico, nacional o extranjero... como no extrañar sus particulares chilenismos, descanse en paz maestro”, fueron algunas de las palabras de despedida. Mientras la muchedumbre escuchaba atenta los discursos y 13 embarcaciones se formaban frente a la playa para rendir un último adiós, una mujer le decía a su pequeño y asombrado hijo: “Cuando una persona es recta y se dedica a hacer el bien, eso, finalmente, se agradece”.

Eran las 14 horas del 13 de agosto, y más de 400 personas salían a despedir los restos mortales del destacado empresario pesquero Hitoshi Hanaoka, quien pereció en un accidente ocurrido en alta mar el miércoles, luego que fuera arrastrado por las aguas en el Estrecho de Magallanes. “Logramos sacarlo del agua, pero estaba helado y ya era tarde y no se pudo hacer nada, no se pudo hacer nada. No sé que va a pasar, ahora”, se lamentaba con profundo dolor uno de sus trabajadores.

Frente al mar
Al término de una breve liturgia fúnebre en la capilla de Río Seco, el féretro de madera con la imagen de la Última Cena labrada en sus costados, fue trasladado alrededor de las 13 horas en procesión hasta el sector de Barranco Amarillo, donde los pescadores de Punta Arenas, funcionarios de la empresa y colaboradores, le rindieron un emotivo tributo. “Fuiste un ejemplo de esfuerzo y tesón para toda la comunidad... descansa en paz”, dijo una voz anónima desde una de las embarcaciones. Luego, multitud de coronas de flores fueron lanzadas al mar. Frente a ellos, el féretro del empresario reposaba abierto, en la rocosa playa, de cara al mar.

Poco después, vinieron los discursos de sus más cercanos trabajadores. “Nada va a volver a ser igual... le diste trabajo a todo el que lo necesitara sin importar si era magallánico, nacional o extranjero... como no extrañar sus particulares chilenismos, el cuidado que tenía en enseñar a todos, su presencia permanente en la fábrica, en fin... descanse en paz maestro”, fueron algunas de las palabras de despedida.


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