- Actualmente el sector emplea entre 12.000 y 14.000 personas, pero unos 800 son trabajadores extranjeros a los que las compañías recurren ante la falta de capacitación en el mercado uruguayo.
URUGUAY.- Las empresas uruguayas que se dedican al desarrollo de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ven limitado su crecimiento por la escasa oferta de mano de obra calificada, manifestó a El País el nuevo presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), Álvaro Lamé.
"No se ocupa más gente porque no podemos salir a buscar algo que no hay, pero si hubiera 5.000 personas más (con formación) las contrataríamos porque significaría vender más y mejor hacia afuera", aseguró Lamé.
El fundador y director de la empresa Netgate, que asumió la semana pasada como presidente de la CUTI —ya había ocupado el cargo anteriormente—, explicó que el sector "tiene capacidad para facturar mucho más" aunque arrastra un último registro negativo de exportaciones.
"Somos una industria que vende productos y servicios, pero a partir de un desarrollo hecho por profesionales formados y capacitados. Nosotros necesitamos cerebros para seguir creciendo", agregó.
Para atacar los problemas de capacitación del personal y la falta de interés que observan en los jóvenes por formarse en estos rubros, la nueva directiva de la CUTI comenzó a reunirse con autoridades de gobierno. La gremial pretende que se introduzcan aspectos de formación en nuevas tecnologías en escuelas, liceos y UTU en busca "de conquistar a los jóvenes" que serán los trabajadores del futuro.
"Entendemos que nos falta mucha gente, hay un problema de recursos humanos que tenemos que encarar con decisión", sostuvo Lamé. Indicó que estos inconvenientes deben resolverse con acciones conjuntas entre el sector privado y el Estado, algo que la gremial empresarial planteó a la ministra de Industria, Carolina Cosse, al reunirse tras el cambio de autoridades.
"Queremos que las TIC estén en el ADN de los jóvenes, que se los motive para involucrarse en un sector que ofrece desocupación cero y muy buenos salarios", destacó Lamé.
En efecto, hace algunos meses en una nota de El País sobre el futuro del mercado laboral, expertos en recursos humanos identificaron el área de desarrollo informático como la que brindará mayor oportunidades a los jóvenes.
Ventas.
Las empresas del sector TIC "de resolverse el tema de los recursos humanos, están llamadas a ser la principal industria exportadora del Uruguay" porque venden "inteligencia y no productos como la carne, que tienen un límite de producción que acá no tenemos", expresó Lamé.
De acuerdo con información de la gremial, hay unas 350 empresas del rubro en Uruguay que llegan a 52 mercados. Los últimos datos de exportaciones son de 2014, cuando las compañías del sector vendieron US$ 226 millones, lo que significó una caída de 7,62% en relación al año anterior.
A su vez, hubo una rebaja del 42% en los negocios hacia Estados Unidos, que pese al descenso continúa siendo el principal destino exportador para las industrias desarrolladoras de tecnologías de la información.
Pese a la preocupación que expresaron por estos números —que se conocieron en febrero— las anteriores autoridades de la CUTI, Lamé señaló que no observa que se mantenga una tendencia negativa en las ventas al exterior. "Desde que yo recuerdo es la segunda vez que tuvimos una caída (anual) de las exportaciones y siempre al año siguiente volvimos a crecer", sostuvo.
En total las industrias TIC alcanzaron en 2014 un volumen de ventas de US$ 1.010 millones, monto que significó el 1,76% del Producto Interno Bruto (PIB) de aquel año y representó un incremento respecto a la facturación de 2013. El 65% de los ingresos del sector (unos US$ 725 millones) correspondió a ventas en el mercado interno.
Como forma de potenciar esto y agregar ventas en épocas de retracción del consumo y la inversión a nivel empresarial, la CUTI propondrá al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) que las industrias locales que inviertan en software y tecnología uruguaya para la gestión de la producción puedan deducir un porcentaje de los costos en el pago del Impuesto a la Renta de las Actividades Empresariales (IRAE).
Al respecto, Cosse dijo en la reunión con la gremial empresarial que "la introducción de tecnología nacional en la industria manufacturera es muy importante para sostenerla y potenciarla", según consignó la web del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM).
Lamé indicó que pretenden que el gobierno "nos apoye en las propuestas que tenemos para desarrollar más a la industria" de las TIC, aunque aclaró que "no estamos saliendo a pedirle plata" a las autoridades.
Otro tema que preocupa a la CUTI y que espera conversarlo con la Cancillería, son los perjuicios que tiene el sector por la falta de acuerdos comerciales. "Son muy importantes porque sino quedamos caros frente a la competencia, hay países que adhirieron a acuerdos y tendrán beneficios al momento de exportar o vender un servicio y nosotros vamos a tener que pagar esos impuestos", analizó.
La flexibilización de las modalidades laborales es una tendencia mundial que se acrecienta cuando se trata de industrias del conocimiento. El presidente de la CUTI, Álvaro Lamé, dijo que "pasa que hay gente que trabajaba en empresas del sector y optó por teletrabajar para el exterior".
Esta modalidad de trabajo no presencial "no tiene ninguna reglamentación que la rija" ni que obligue a las empresas a cumplir con los aportes patronales, algo que las firmas formales ven como competencia desleal. "El teletrabajo es para nosotros como Uber para el transporte", señaló Lamé. Ante esto, la CUTI trabaja en un proyecto de ley para presentar al Parlamento que imponga "un marco de contención a este tipo de trabajos", tanto para empresas locales como del exterior.
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