VENEZUELA.- La reciente salida de las grandes aerolíneas Lufthansa y Latam de Venezuela, al suspender sus conexiones aéreas con Caracas, ilustran la espalda que el mundo económico está dando al país gobernado por Nicolás Maduro. Sólo en el caso de España, las exportaciones con destino al país bolivariano se han hundido un 44,9% en el primer trimestre de este año, según la estadística que publica la Secretaría de Estado de Comercio. Estas cifras reflejan la pérdida de confianza de las empresas españolas en un país en el que el PIB cae a ritmos del 6% y la inflación amenaza con dispararse hasta el 700%, según las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En el primer trimestre del año, las ventas de España a Venezuela se han hundido hasta los 59 millones de euros, casi la mitad del importe acumulado en el mismo período del año anterior. En el conjunto de 2015 la cifra de exportaciones españolas a Venezuela fue de 360 millones de euros, una cuarta parte -o un 76% menos- de la registrada en el año 2012. La caída de las ventas ha ido ligada a un derrumbe todavía mayor de las importaciones, lo que ha provocado una situación inaudita en las relaciones comerciales entre ambos países. Por primera vez en 11 años, la balanza de intercambios gira a favor de España y genera un pequeño superávit, a pesar de la dependencia energética que obliga a nuestro país a comprar energía a este y a otros estados.
Sólo la partida de «combustibles y lubricantes» supone un 88% de las importaciones totales de España. En el capítulo de exportaciones, mucho más diversificado, destacan sobre todo las ventas de productos relacionados con la electrónica industrial, productos siderúrgicos y todo tipo de maquinaria. La situación de Venezuela es tal que los informes del propio Instituto de Comercio Exterior (Icex), entidad pública adscrita al Ministerio de Economía, ya desaconsejan invertir en la economía latinoamericana. «En estos momentos la economía se encuentra paralizada y las oportunidades comerciales, de contratación e inversión son prácticamente nulas», asegura el Icex. En todo caso, los informes de comercio exterior aconsejarían aterrizar en el país latinoamericano aprovechando el «efecto arrastre» de las grandes multinacionales españolas ya asentadas en Caracas, aunque su situación en estos momentos no sea la mejor.
Entre estas empresas españolas que ya operan allí destacan Telefónica, Repsol, Mapfre o las hoteleras Meliá y NH. Estas compañías han tenido que ir asumiendo continuos deterioros en sus cuentas por la devaluación del bolívar venezolano frente al dólar estadounidense. La situación del país ataca por partida doble las cuentas de estas empresas. Por un lado, reduce sus ingresos por la caída de la demanda y la deriva del Producto Interior Bruto (PIB). Por otro, eleva sus costes como consecuencia de la galopante inflación. Telefónica es la principal empresa española instaurada en Venezuela. Las ventas de la filial local del grupo han caído a los 77 millones de euros durante el primer trimestre de 2016. Esto supone un retroceso del 63,7% con respecto al mismo período del año anterior. Esta partida aumenta, sin embargo, hasta un 91,2% si se excluye el impacto de la hiperinflación en el país y se compara en moneda local.
La inestabilidad del país también ha pasado factura a Meliá. La cadena hotelera española vio como en el ejercicio 2015 se redujo en 11,8 puntos la ocupación media de sus hoteles en el país, si bien el grupo logró incrementar el beneficio obtenido por cada habitación reservada. BBVA, el principal banco español que opera en el país con 5.183 empleados, también redujo su beneficio en Venezuela un 99,6% durante 2015, hasta 1 millón de euros. La entidad cifra en su último informe anual una exposición a Venezuela de 1.144 millones de euros, un 0,2% del total del grupo a nivel global. De esta cantidad, 152 millones se refieren a inversión en riesgo soberano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario