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miércoles, 15 de junio de 2016

La firma española 'Bimba y Lola' alcanza los 220 puntos de venta en 17 países del mundo




ESPAÑA.- Hacerse un hueco en un mercado en el que hay otras marcas especializadas en el mismo producto no cabe duda de que como punto de partida es un hándicap, pero el éxito radica precisamente en hacer de esta debilidad una fortaleza. Así lo vieron María y Uxía Domínguez cuando en 2005 se embarcan en la aventura de su vida. Conocían bien el terreno en el que se movían, son sobrinas del diseñador Adolfo Domínguez y se formaron en otra de las empresas familiares —Sociedad Textil Lonia (STL) desarrolla a nivel internacional las marcas Purificación García y CH Carolina Herrera—. En un sector tan competitivo como lo es el de la moda había que diferenciarse, y vaya si lo hicieron. Sacaron al mercado una marca de accesorios con un diseño especial y de toque irónico. A la mujer contemporánea le era fácil identificarse con este estilo de vida y «la ilusión y confianza del equipo humano», apuntan desde la compañía, «fue clave para materializar el proyecto y hacerlo realidad».

Bimba y Lola abría su primera tienda en 2006. Fue en Bilbao, y a esta le seguirían otras 41 aperturas en España, convirtiéndose así en uno de los mejores ejemplos de crecimiento en poco tiempo. Un año más tarde aterrizaba en Portugal y de ahí daba el salto a París, con una tienda en el moderno barrio de Le Marais. La expansión internacional se presentaba ya entonces imparable.

Superadas las primeras dificultades propias del lanzamiento de una firma de moda «financiación, búsqueda de locales, logística...», es en 2013 cuando apuestan por consolidar internacionalmente su proyecto. «Viendo que la crisis en España no nos había afectado en exceso, sentimos que nuestros pilares como marca y como empresa eran lo suficientemente sólidos como para dar el salto», señalan desde la firma con base en el municipio pontevedrés de Mos. «Teníamos la sensación de que nuestro concepto era replicable y cosmopolita, que podía triunfar fuera de nuestras fronteras. Es así como apostamos por duplicar nuestros esfuerzos y probar en otros mercados. Somos optimistas y por eso seguimos invirtiendo y creciendo», añaden.

De existir alguno, pocos son los mercados que se le resisten. Hoy, Bimba y Lola, con unas ventas globales de 115,7 millones de euros en su último ejercicio fiscal —1 de marzo de 2015 a 29 de febrero de 2016—, opera en 220 puntos de venta en 17 países. El negocio internacional supone ya para la firma el 26 por ciento del total de su facturación.

Un estudiado plan de expansión apuntaba a que el éxito de la compañía en Latinoamérica, donde apenas había marcas contemporáneas con diseño especial, estaba asegurado. Pero Francia y Reino Unido se presentaban como una apuesta personal, tal y como recuerdan en su conversación con ABC: «Había muchas marcas de nuestro segmento, así que pensamos que entrar a formar parte de un mercado que ya estaba familiarizado con este tipo de producto suponía un gran reto». «La razón principal es que son mercados muy maduros por lo que es más difícil darse a conocer, pero una vez que consigues hacerte un hueco en ellos, la satisfacción es mayor. Ver un bolso de Bimba y Lola por las calles de París o Londres es algo que nos enorgullece y nos ayuda a seguir luchando por nuestro proyecto», reconocen.

En Oriente Medio había muchas marcas de lujo y low cost y Bimba y Lola supo cubrir el vacío que representaba entonces «una marca de precio medio-alto». «Todos los mercados cuentan con oportunidades y dificultades», añaden, para destacar que acaban de abrir su última tienda en Burdeos, el primer punto en Francia fuera de París. Y su intención es seguir consolidándose en estos mercados europeos, expandirse por Latinoamérica y crecer en Oriente Medio de forma selectiva. Precisamente acaban de firmar un acuerdo con un importante grupo textil de Catar para abrir tres puntos de venta.

Conscientes de que la decisión de salir al exterior no es nada fácil, aconsejan hacerlo «con cabeza». «En Bimba y Lola hemos estudiado cada mercado en el que hemos abierto tiendas. Es importante dar el salto cuando se ven oportunidades claras fuera de España: es un camino de obstáculos pero lograrlo es la máxima satisfacción».

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