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lunes, 30 de mayo de 2016

La panificadora española 'Anitín' cerró 2015 con un aumento de facturación hasta los 56 millones


ESPAÑA.- Anitín, empresa del sector de la panificación seca e interproveedor de Mercadona, cerró el ejercicio 2015 con una facturación superior a los 56 millones de euros, lo que supone un aumento del 9,2 % respecto al año anterior, según informó ayer la compañía en un comunicado. El crecimiento ha estado impulsado «en gran medida» por las inversiones de más seis millones de euros realizadas por la empresa, cifra que ascendió hasta un 37 % respecto al pasado ejercicio. El incremento de esta partida se ha reflejado, entre otros aspectos, en la ampliación de sus instalaciones de Carlet en 9.200 metros cuadrados, así como en procesos de mejora para sus diferentes plantas.

Las ventas de Anitín han aumentado en paralelo a su capacidad de producción, que se eleva hasta los 27,2 millones de kilos, un 6,7 % más que en 2014. «2015 ha sido un año realmente importante para Anitín. Nuestra apuesta por la innovación se ha plasmado tanto en los nuevos productos lanzados al mercado como en la mejora y ampliación de instalaciones, lo que nos han permitido sumar casi un centenar de nuevos profesionales a nuestro proyecto, que sigue creciendo sin olvidar nuestra tradición artesanal», explicó el director general de la compañía, Javier Ortiz.

La empresa, que durante 2015 ha reforzado su apuesta por el I+D+i con el lanzamiento de dos nuevas referencias y la puesta en marcha de una nueva línea de producción, ha afrontado este crecimiento con la incorporación de 94 nuevos trabajadores. De este modo, la plantilla media de la empresa alcanza ya los 621 operarios, repartidos entre sus cuatro plantas de producción situadas en la Comunitat Valenciana (Carlet) y Andalucía (Jerez de la Frontera).

Anitín Panes Especiales, SLU, es la compañía líder en el sector de panificación seca en España, con una producción anual de más 27 millones kilos de producto en sus plantas.

La empresa tiene su origen en un pequeño horno de Benimuslem que los abuelos del actual propietario compraron en 1932 y trasladaron junto a la carretera en busca de un mejor emplazamiento. Era conocido como el «forn d'Anita» y con la entrada de su segunda generación pasó a denominarse el «forn d'Anitín», diminutivo que acabó por dar nombre a una empresa que dio el saltó en 1994 a la primera nave industrial de la mano ya de la tercera generación.

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