JAPÓN.- Cuando abrió sus puertas de paneles el hotel Nisiyama Onsen Keiunkan, en la Prefectura de Yamanashi, en Japón, el mundo era absolutamente distinto. El hotel se fundó meses después de la muerte del Papa Juan VI. El emperador Tiberio III Apsimar fue derrotado ese año por los árabes en Cartago y renunció a África. La mezquita Al Aqsa fue construida en Israel sobre las ruinas del antiguo Templo de Salomón. Wu Zetian (625-705), la única emperatriz de la historia de China falleció el 16 de diciembre de ese año; se dice que había creado un decreto por el cual todos los dignatarios visitantes deberían rendirle sus respetos realizándole un cunnilingus.
El hotel, construido en un sitio caracterizado por las aguas termales, a dos horas del Monte Fuji y a cuatro del Parque de monos Jigokudani, aún hoy día presta servicios como balneario, sigue teniendo apenas 36 habitaciones y desde que se creó solamente lo han operado 52 operadores diferentes de la misma familia. En él se han hospedado samuráis famosos y comandantes militares, y por sus características su auge mayor ha sido en los períodos de conflictos militares. También ha alojado a numerosos artistas japoneses.
En Japón, en los ryokan (como se les llama a los alojamientos tradicionales), abundan los baños calientes (‘onsen’) tanto colectivos, como al aire libre o privados (dentro de las habitaciones). Y en este hotel los hay de todo tipo.
Hace poco se informó que el hotel estaba excavando un pozo nuevo 888 metros que lo convertiría en el complejo de aguas termales con la mayor cantidad de agua producida por minuto. Existen cuatro baños al aire libre con vista a los alrededores montañosos, así como dos baños interiores con un poco más de protección contra los elementos. Las aguas termales en los alrededores provienen de filtraciones naturales que permiten disfrutar de unos 1,600 litros de agua por minuto a 52 grados de temperatura en las pozas.
El hotel Nisiyama Onsen Keiunkan es un retiro perfecto de la modernidad. Fue renovado por última vez en 1997, pero en la realidad , poco ha cambiado desde el modo de vida tradicional, las habitaciones están conformadas por tatamis (esteras tradicionales), a modo de camas, de pisos de madera y kaiseki (menús de degustación de la exótica gastronomía japonesa). Los huéspedes cuentan con kimonos y vestidos tradicionales, y deben dejar fuera del hotel sus zapatos, para poder penetrar en él.
De cualquier manera, el hotel más antiguo del mundo y con él la empresa más vetusta ostentan el Récord Guinnes. Una noche en el hotel , para dos personas, incluyendo desayuno y la cena, va desde los 34.720 yenes.
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