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domingo, 6 de marzo de 2016

El mercado de las 'burbujas japonesas' podría llegar a mover cerca de US$ 60 mil millones



JAPÓN .- Invisibles a simple vista, diminutas burbujas inyectadas en agua de riego están siendo utilizadas en experimentos para cultivar tomates y fresas orgánicas en invernaderos computarizados en la prefectura de Hyogo, en el oeste de Japón.

El resultado: un alza promedio de entre 10% y 20% en los rendimientos de estos cultivos con frutas que son más grandes y jugosas que las regadas con agua corriente, afirma IDEC Corp., que opera el sitio donde se realizan los experimentos.

Algunas empresas piensan que estas burbujas microscópicas son el futuro. Desde su potencial para contribuir a mejores cosechas y prolongar la frescura de los alimentos, hasta la posibilidad de mejorar el cuidado de la salud y obtener métodos de limpieza más ecológicos, el amplio potencial de estas burbujas "finas" y "ultrafinas" está generando cada vez más interés.

El mercado mundial está listo para despegar de los cerca de US$ 9.700 millones en 2015 a US$ 39.500 millones en 2020, y US$ 57.700 millones en 2023, según un estudio encargado en 2014 por la Asociación de Industrias de la Burbuja Fina (FBIA, por sus siglas en inglés). El grupo abarca a más de 60 compañías, incluyendo al gigante de cosméticos Shiseido Co., la electrónica Sharp Corp. y la empresa de bebidas Kirin Co.

IDEC, un fabricante de productos de automatización y control con sede en Osaka, es una de las empresas que apuestan por esta tecnología. "Es un campo interesante y prometedor que Japón está liderando, y creemos que es un mercado que crecerá", señala Toshihiro Fujita, director de tecnología de IDEC.

A pesar de que las aplicaciones de estas burbujas finas son múltiples, Fujita -quien también es vicepresidente de FBIA- dice que el interés por esta tecnología en Estados Unidos sigue siendo incipiente. Eso les da a Japón y a empresas como IDEC, un fabricante de generadores de burbujas finas que cotiza en la Bolsa de Tokio, o Shimadzu Corp., que hace los dispositivos que pueden medir las burbujas con precisión, una gran ventaja competitiva.

Kewpie Corp., un fabricante de condimentos que afirma tener la mayor participación en el mercado de mayonesa de Japón, ha estado inyectando burbujas de nitrógeno finas en una de sus marcas de mayonesa para darle un sabor más suave y retrasar su fecha de vencimiento.

Empresas de productos de mar como Marufuku Suisan Co., en la prefectura de Fukuoka, producen burbujas de nitrógeno ultrafinas en tanques de agua de mar para desacelerar la decoloración y prolongar la frescura del pescado.

West Nippon Expressway Co. ha estado usando desde 2009 agua sin detergente inyectada con burbujas ultrafinas para limpiar inodoros en áreas de estacionamiento. La firma dice que el método reduce en casi 99% el consumo de agua, en un tercio las horas de trabajo, y el olor.

Se cree que las burbujas finas también aceleran la destrucción de bacterias a través del impacto de sus ráfagas, por lo que constituyen una solución ecológica y eficiente en el uso de energía para la limpieza y la esterilización.

En el caso de los cultivos, el uso de agua con burbujas ultrafinas puede acelerar la actividad de los microorganismos que contribuyen al crecimiento de las raíces en la tierra y aceleran la absorción de nutrientes. Esta agua también contiene un mayor nivel de oxígeno disuelto que el agua potable.

¿Qué son exactamente las burbujas finas? Japón está tratando de estandarizar su terminología, su caracterización y sus aplicaciones.

De acuerdo con una propuesta que el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón presentó en 2012 a la Organización Internacional de Normalización (ISO, por sus siglas en inglés), las "burbujas finas" son descritas como de varias decenas de micrómetros de diámetro, que se hacen visible solo como algo turbio.

Las burbujas ultrafinas son más pequeñas que la longitud de onda de la luz e invisibles para el ojo humano. También tienen la peculiar capacidad de permanecer en un líquido durante meses, un fenómeno que los científicos todavía no han podido explicar. Miles de millones de estas burbujas ultrafinas pueden ocupar un mililitro de agua.

"En la ciencia no es tan inusual que algo sea inexplicable pero resulte útil", dice Maurice Wedd, presidente del comité técnico de la ISO para la tecnología de burbuja fina y un experto en la caracterización de partículas. Sin embargo, Yuki Shigeta, investigador de Mitsubishi UFJ Research & Consulting, advierte que esto podría ser un posible factor de riesgo para la salud, ya que es difícil anticipar posibles inconvenientes de una aplicación aparentemente beneficiosa sin aclarar el mecanismo subyacente. Hasta ahora, no se han reportado riesgos de salud relacionados con burbujas finas o ultrafinas. "Es por eso que es importante que se establezca una norma internacional para proporcionar directrices", dice.

Hasta ahora, otros cinco países, entre ellos China, Corea del Sur y el Reino Unido, están participando en el esfuerzo de estandarización, mientras que más de una docena son observadores. Koichi Terasaka, profesor de química aplicada de la Universidad de Keio, que ha estudiado estas burbujas durante tres décadas, señala que apenas en los últimos años los ingenieros han podido crear dispositivos que las midan con precisión. Estas mediciones proporcionan datos para la investigación y potenciales aplicaciones.

Un estudio reciente se centró en la capacidad de las burbujas ultrafinas para permanecer en líquidos durante largos períodos. Los investigadores lograron aromatizar algunas burbujas ultrafinas al añadir moléculas de sabor; de esta manera, aromas delicados que podrían disiparse rápidamente pueden conservarse en agua durante meses, expandiendo, por ejemplo, las aplicaciones culinarias.

Investigadores alrededor del mundo están trabajando en el uso de burbujas finas para administrar medicamentos de manera segura a través del flujo sanguíneo. Hacer estallar las burbujas y liberar los fármacos en un punto específico del organismo podría reducir los riesgos de efectos secundarios y las dosis de los medicamentos.

El potencial agrícola de las burbujas finas animó a Eric van Berkum, experto holandés en horticultura e invernaderos, a incorporarse a IDEC el año pasado como gerente de desarrollo de negocios para el generador de burbujas ultrafinas de la compañía. "Es realmente la primera innovación en el agua", explica. "Cambiar las propiedades del agua y hacer que las plantas crezcan más rápido y más sanas es algo que no se ha hecho antes".

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