Negocios del Mundo TV   powered by youtube

Lectores conectados

miércoles, 30 de marzo de 2016

Asunción, en Paraguay, se ha convertido en la nueva meca del empresario argentino



PARAGUAY.- El local de Kevingston está enfrente al de Jazmín Chebar y un piso más arriba de las tiendas de Vitamina, Wanama y Cheeky. Cruzando la calle se puede ir a comer una grande de mozzarella en La Guitarrita y después tomar un helado en Freddo o un cortado en Havanna. Si no fuera por la presencia de una tienda de GAP y otra de Carolina Herrera, todo indicaría que estamos en un centro comercial porteño, cuando en realidad se trata del Shopping del Sol, el más tradicional de Asunción.

La invasión de marcas argentinas no se limita a este shopping y en cualquier zona comercial de la capital paraguaya es posible cruzarse con decenas de marcas y propuestas made in Argentina. Es que a partir de una combinación de clima de negocios favorable, una economía en crecimiento, inflación prácticamente inexistente y baja presión impositiva (la alícuota del impuesto a las ganancias es de sólo 10%), el mercado paraguayo se convirtió en el último tiempo en una especie de tierra prometida (y a la vez, muy cercana) para los inversores argentinos.

Paraguay se jacta de contar con los mejores indicadores macroeconómicos de la región. El PBI acumuló una década con un crecimiento promedio del 5,5%, mientras que la inflación en todo 2015 se ubicó en 3,3%, es decir menos de la suba que sufrió la Argentina en cualquier mes del último verano. El país también tiene una saludable posición fiscal -completó ocho años consecutivos de superávit fiscal- con reservas que alcanzan a cubrir casi el 100% de la deuda pública, de la mano de los ingresos del campo: hoy Paraguay es el cuarto productor mundial de soja y el octavo exportador de carne vacuna, superando incluso a la Argentina.


Este milagro paraguayo se volvió una opción cada vez más atractiva para los empresarios e inversores argentinos, que están dejando atrás los preconceptos que podían tener sobre la economía del socio más humilde del Mercosur.

"Paraguay históricamente fue una plaza muy promercado. Acá nunca existieron los controles de cambio ni los cepos para importar o exportar. Y a esto se suma que en los últimos 20 años empezó a haber más plata gracias al boom de la soja y de la carne", asegura el empresario argentino Alejandro Conti.


Conti llegó a Paraguay en 2003 como gerente general de la petrolera Esso. Seis años después dejó la multinacional, pero se quedó en Asunción con su familia para iniciar un proyecto propio en el rubro gastronómico. Hoy tiene cuatro restaurantes -tres de la cadena norteamericana TG Friday's y una de la pizzería porteña La Guitarrita- y cinco heladerías de Freddo. "Invertir y vivir en Paraguay se puede ver como la botella medio vacía o medio llena. Por un lado está claro que frente a Buenos Aires o San Pablo, Asunción está mucho menos desarrollada y la vida cultural está muy por debajo. Pero a su vez se trata de un mercado lleno de oportunidades, donde está todo por hacerse", asegura.

La expansión de la economía paraguaya además se tradujo en el surgimiento de una clase media para la cual las marcas argentinas tienen un carácter aspiracional muy marcado. "A los paraguayos les encantan las marcas argentinas, y a diferencia de lo que pueda pasar en otros mercados vecinos como el chileno o el uruguayo, en Paraguay no hay ninguna pica, y te abren las puertas cuando llegás", asegura Martín Blanco, que hace cinco años abrió una filial de su estudio de marketing y branding en Asunción.

De la buena recepción que tienen las propuestas locales también puede dar cuenta la cadena Café Martínez. "Llegamos a Paraguay en 2012 de la mano de un máster franquiciado, y hoy ya tenemos cinco tiendas en Asunción y una en Ciudad del Este. De entrada, la propuesta tuvo una muy buena aceptación y hoy Paraguay es el mercado internacional más exitoso que tenemos, incluyendo seis países donde estamos", explica Alejandro Marinetto, responsable del Desarrollo Exterior y Nuevos Negocios en Café Martínez.

Según un relevamiento del Estudio Canudas -una consultora especializada en el mundo de las franquicias-, en la actualidad hay 72 marcas argentinas con operaciones en territorio paraguayo, que suman 99 locales. La indumentaria y la gastronomía lideran esta invasión, aunque también se destaca la presencia de firmas de rubros como la cosmética, las pinturerías, la pirotecnia y el lavado de autos.

"Hoy el 15% de las marcas de los shoppings paraguayos son argentinas, que llegan seducidas por los alquileres baratos (el promedio es de 3 dólares por metro cuadrado) y una política fiscal muy atractiva. La presión tributaria en Paraguay es muy baja y pagando todos los impuestos, el empresario se encuentra casi en un paraíso fiscal", dijo Carlos Canudas.

El buen momento de la economía paraguaya también se refleja en un boom inmobiliario, del cual los argentinos no se quieren quedar afuera. Los edificios corporativos, los bancos y las principales multinacionales iniciaron hace unos años un proceso de migración dentro de la ciudad, abandonando el centro tradicional de Asunción y mudándose a zonas más cercanas al aeropuerto, en arterias como Aviadores del Chaco y Santa Teresa.

Así, en un radio de pocas cuadras en los barrios de Villa Morra o Carmelitas es posible cruzarse con uno o dos edificios de oficinas en construcción por cuadra. El rubro hotelero también vive una fuerte expansión. Durante años, el Sheraton fue el único hotel internacional de Asunción, y ahora se acaban de sumar un Ibis, un Aloft (otra cadena de los mismos dueños del Sheraton) y un Dazzler, una propuesta de cinco estrellas que pertenece al grupo argentino Fën Hoteles, de la familia Rosental. Algo parecido se vive entre los shoppings, ya que a una cuadra y media del Shopping del Sol, en un par de meses abrirá otro megacentro comercial, el Paseo La Galería. Detrás de este proyecto se encuentra un grupo inversor guatemalteco, que ya anunció que traerá al país marcas internacionales que hoy no están presentes en Paraguay, como la española Zara y las argentinas Rapsodia, Almacén de Pizzas y Johnny B. Good.

El milagro paraguayo también se tradujo en la aparición de un pequeño pero pujante mercado de viviendas de lujo. En este caso, la movida es encabezada por la desarrolladora inmobiliaria Fortune International Group, del argentino Edgardo de Fortuna. La empresa acaba de anunciar una inversión de US$ 90 millones en el proyecto Jade Asunción, que incluirá tres torres de viviendas en una de las zonas más exclusivas de la capital paraguaya, con un valor del metro cuadrado que oscila entre 2000 y 2500 dólares, una cifra relativamente baja si se la compara con otras capitales de la región.

"Asunción es un mercado al que no mucha gente le presta atención. Llegué un poco de casualidad, a través de un argentino que está haciendo negocios en Paraguay y me contó lo fácil que era invertir y la estabilidad económica y financiera que ofrece el país. Y vimos que había una oportunidad para ofrecer un servicio como el de Fortune", asegura DeFortuna. "Apuntamos básicamente a compradores paraguayos, que sean usuarios finales, y que hoy no tienen un nivel de producto y servicio que ofrece Jade Park, con la posibilidad de vivir en medio de un parque en plena ciudad", agrega el desarrollador argentino.

El caso de DeFortuna no es la excepción. En los últimos años, una porción importante de los desarrollos inmobiliarios que se llevaron a cabo en Paraguay fue financiada con aportes argentinos.

"La situación en la que estaba la Argentina hasta hace poco nos ayudó para captar inversiones. Y también nos vimos beneficiados porque muchos argentinos que históricamente elegían a Uruguay para proyectos en el exterior se asustaron a partir de los acuerdos de intercambio de información con la AFIP", explica el empresario paraguayo Víctor Cálcena, socio de la desarrolladora Capitalis, que fue la creadora del nuevo polo corporativo en Asunción y lleva diez años construyendo oficinas, incluyendo el emblemático World Trade Center de la capital paraguaya. "En los últimos tres o cuatro años, el argentino en Paraguay dejó de ser un inversor pasivo para pasar del otro lado del mostrador y embarcarse con proyectos de desarrollos inmobiliarios captando fondos en su país para el financiamiento", explica Cálcena.

Pero más allá de los números fríos y los indudables atractivos que ofrece el mercado paraguayo, tanto los empresarios locales como los argentinos coinciden en la importancia de las relaciones personales y los contactos a la hora de hacer negocios en Asunción. "Paraguay es un mercado en el que todos se conocen y en el que todo se maneja a partir de la red de contactos que uno puede ir armando. Cuando me subo a un avión en Asunción siempre saludo a seis o siete personas. Salvando las diferencias, es algo parecido a lo que me ocurría cuando vivía en Don Torcuato y me tomaba una combi para ir al Centro", asegura Conti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario