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sábado, 27 de febrero de 2016

La firma inglesa de moda Rose & Willard exige a sus modelos que coman



REINO UNIDO .- La excesiva delgadez de las modelos llegó a niveles polémicos y algunos cambios, de a poco, se están manifestando en Europa. Esta vez, en Reino Unido, una firma de moda exigirá, por contrato, que sus modelos coman si quieren trabajar en la compañía. Y tendrán que hacer en la propia agencia.

La decisión de Heidy Rehman, fundadora de la firma de moda Rose & Willard en diciembre 2014, surgió tras ver el lamentable estado físico en que llegaba a posar algunas modelo. "Una modelo que vino a una sesión de fotos estaba tan hambrienta que a las 3 pm se mareaba y se tenía que sujetar para no caerse. La mandamos a la casa", describó Rehman. Además, recordó que otras "casi deliraban" de hambre, algo de lo que no quiere ser cómplice.

"La modelo que trabaje con nosotros tendrá que tomar una comida y en nuestra presencia. Y no se va a ir comiendo un trocito de pepino, o diciendo que ya comerá más tarde", asegura.

"Quiero celebrar a la mujer de verdad", dice Rehman, cuya marca ofrecer ropa actual de calidad a las mujeres profesionales, con una imagen "atractiva y saludable" y con clientas como Jennifer Aniston, Pipa Middleton, Elisabeth Moss y Michele Dockery.

Conciencia en Francia

En diciembre el Parlamento francés aprobó una ley que les exige a las modelos presentar un certificado médico para poder trabajar. Asimismo, las fotos que hayan sido retocadas deben llevar un rótulo que lo advierta.

Además, en este último mes, se dio a conocer la historia de la modelo, Maçon Dauxerre, de 23 años, que acaba de publicar un libro en el que confiesa los esfuerzos que tuvo que realizar para subirse a una pasarela.

El libro Jamás se es demasiado delgada. Diario de una top-model relata cómo la joven comenzó a trabajar a los 18 años, sufrió anorexia y terminó enfrentándose a una terrible depresión. "Me mataba de hambre para perder 10 kilos en un mes. Solo comía tres manzanas al día. Y agua con gas para llenar el estómago. Una vez a la semana podía comer pollo o pescado", cuenta.

Si bien nadie le dijo que debía perder peso, sí le dijeron: "En septiembre harás las Fashion Weeks, la talla es 32-34 y debes caber". La presión fue tal para ella que, teniendo una altura de 1,78, llegó a pesar 47 kilos.

"Tenía el pulso extremadamente débil, perdía pelo y no me bajaba la regla. Cuando se tiene el rostro pálido, casi verde, se ve rápidamente que hay un problema", detalla.

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