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domingo, 24 de enero de 2016

SIGFOX, proveedor líder mundial de conectividad IoT, lanza su fundación para ayudar a personas y apoyar proyectos llevando a cabo retos globales




Los cofundadores de SIGFOX Ludovic Le Moan y Christophe Fourtet han presentado la creación de la SIGFOX Foundation, con el objetivo de llevar los beneficios del Internet de la Cosas (IoT) a causas humanitarias sin ánimo de lucro, en todo el mundo.  

Estructurada en torno a un fondo de dotación, la fundación, con sede en París, apoyará programas diseñados para proteger a las personas y al medio ambiente, mejorar la asistencia sanitaria y las relaciones sociales con la aportación de la red de la compañía y sus mejores recursos.

El anuncio coincide con la noticia de que SIGFOX, líder mundial en conectividad IoT, ha desplegado su red en la estación de investigación de la Antártida Princesa Elisabeth. La red se ha desplegado, en el lugar con las condiciones climatológicas más duras del mundo, para garantizar la seguridad y protección de la tripulación y su equipo durante las operaciones de investigación de la expedición BELARE 2015-16 del gobierno belga.

Esta es la primera vez que la cobertura de la red IoT se ha desplegado en el continente, donde la comunicación electrónica se ha limitado a comunicaciones por radio de corto alcance y por satélite.

“La expedición BELARE es solo un ejemplo de las muchas, muchas formas en que SIGFOX puede apoyar programas que protejan a las personas y al medio ambiente, mejorar la salud y establecer vínculos sociales, con su red y los mejores recursos asociados desde colaboración y alianzas con startups y fabricantes de dispositivos,” explica Le Moan CEO de SIGFOX.

Cambiando el mundo

“No queremos salvar solo un árbol, sino a todos los árboles en un bosque conectado. Estamos seguros de que vamos a aportar un gran valor gracias a nuestra tecnología y conocimiento,” comenta. 

“Todavía aspiramos a cambiar el mundo a través del impresionante potencial del Internet de las Cosa, pero no podemos hacerlo solos por nuestra cuenta,” añade Fourtet, director científico de la compañía. “La SIGFOX Foundation trabajará con los mejores socios – ONGs, industriales, startups – para generar soluciones reales que salven bosques, no solo árboles, con millones de objetos conectados que se comunican según sea necesario con muy poca energía.”

Compartiendo esta pasión y centrándose en el crecimiento de SIGFOX, estos dos hombres no tienen mucho tiempo para mirar atrás. 

Sólo en 2015, la compañía añadió 6 países a la utilizada red extendida de bajo consumo (LPWA) que creó. También construyó el ecosistema SIGFOX a más de 1.000 socios, que van desde operadores de redes a fabricantes de componentes, integradores y desarrolladores de la plataforma. En el proceso, se ha ampliado la cobertura a más de 1.2 millones de kilómetros cuadrados y se ha contratado con sus clientes la conexión de 7 millones de objetos y dispositivos.

Redefiniendo el Mundo Físico

Le Moan y Fourtet afirman que el mundo físico se redefinirá, entendiéndolo de manera diferente, debido a la gran cantidad de información proporcionada por el Internet de las Cosas y la red SIGFOX. Eso traerá múltiples beneficios en todo el mundo, incluyendo, por ejemplo, la capacidad de evitar daños medioambientales, predecir desastre snaturales y mejorarla vida cotidiana de las personas en todas las culturas.

Tras la creación de la compañía en 2011, el sueño tomó forma con lo que Le Moan comentaba en tono de broma como “sólo un par de ingenieros, instaladores de cable y otros genios” contratados por la empresa en ese momento. “Todos estaban tan entusiasmados haciendo posible que pequeños dispositivos enviaran pequeñas señales de radios tan lejos como fuera posible, igual que se hizo en los submarinos movilizados durante la II Guerra Mundial,” explica. “Por aquel entonces, SIGFOX rastrea los orígenes de su tecnología de banda ultra-estrecha (UNB).”

Fourtet añade: “Al crear esta red sostenible y de muy largo alcance, supe que SIGFOX podría proporcionar una solución muy útil para marcar cambios en las máquinas, fábricas y hogares y también para anticipar un peligro inminente y enviar alertas sobre problemas y posibles problemas en el momento justo antes de convertirse en grandes problemas.”

Si bien la idea inicial de cambiar el mundo es ambiciosa aún hoy en día, cuando el IoT se ha convertido en uno de los temas y tendencias de mayor actualidad en tecnología, todavía sigue en marcha la imaginación de Le Moan y Fourtety muchos de sus colegas en SIGFOX, que ahora cuenta con más de 190 empleados y oficinas en París, Boston, San Francisco, Singapur, Madrid y Dubái.

El sueño incluye ahora formas de ampliar y aumentarlos beneficios del IoT a las organizaciones que están trabajando para solucionar problemas mundiales, pero que no cuentan con los medios tecnológicos o el dinero para acceder a estos. Por ello Le Moan y Fourtet crearon la fundación SIGFOX.



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